El peruano Andrés Roca Rey enloqueció a la cátedra del toreo, la plaza de toros de Las Ventas en Madrid. Sin toro, o un morlaco sin opciones que es lo mismo, armó el taco y toreó con valor descomunal, con inteligencia, frescura y torería. Entró a matar o morir y Madrid se rindió al peruano.
Por eso es importante conocer lo que dice la presna española de esta tarde histórica para España, para el Perú y para el propio diestro.
EL MUNDO: Puerta Grande al valor de Roca Rey
(o mejor - para mí- YA ESTÁ AQUÍ EL TERREMOTO DEL PERU)
ZABALA DE LA SERNA Madrid 13/05/2016 21:36
El peruano corta dos orejas en su confirmación a un complicado toro del Conde de Mayalde con la complicidad del público entregado. Talavante también se la juega con otro ejemplar montaraz de Núñez del Cuvillo.
La internacionalidad de la Tauromaquia se personificaba en Sebastián Castella, Alejandro
Talavante y Roca Rey. La fotografía de Francia, España y Perú en la ceremonia de la confirmación. Rey se doctoraba y ya había firmado su declaración de intenciones: un quite por saltilleras, una de ellas cambiada y de escalofrío, como respuesta a unas provocadoras y ajustadísimas chicuelinas de Castella resueltas con una no menos apretada media. Al toro de Cuvillo, un tacazo de hechuras, hijo de Tortolita, no le acompañó el brío desde que apareció por toriles. Brindó Roca al Rey emérito. De Rey a Rey. De Perú a España. Y se clavó en la misma boca de riego en péndulos de trágica espera, una arrucina que hilvanó con un cambio de mano larguísimo y en un pase de pecho. En seguida Tortolito evidenció su bondad de corto aliento y demasiado pronto Roca Rey se destapó por espaldinas: puede que la primera sorprendiese, a la que hacía seis la peña le recordó que estaba en Madrid. Poco fondo para tanto alarde. Molestó el vientecillo constante. Quedó el valor a pelo del peruano y una estocada que confirmaba, de verdad, su condición de matador. Roca no perdonó un quite y se ciñó por gaoneras. Ofreció el mayalde al público sin ser de bindis la prenda. Prologó por alto y ya vino un susto tras la espaldina. Seco arrojo de Roca para presentar la zurda. Y el toro, más fino pero casi igual de pendenciero que el anterior, solo tenia ojos para el torero. Miradas de órdago. A Rey no le tembló el pulso. Y se fajó en la trifulca. Sin cambiar le gesto ante los pitones que le pasaban por la faja. Cara de niño y actitud de hombre. Para correr la mano derecha despatarrado y entregado. Sin renunciar a su tauromaquia. Una arrucina puso el corazón en un puño. Y la plaza ardiendo. Se masticaba la emoción. Cuando se volcó a cara o cruz sobre el morrillo, los pitones le levantaron los pies del suelo. La estocada estaba. La muerte también. Los tendidos se desbocaron. Más allá de la oreja. Hasta la segunda y la Puerta Grande. Un tanto exagerada pese a todo el valor desplegado. Valor de Roca y fe de futura figura. Ya está aquí el terremoto de Perú.
ABC: Roca Rey, por la Puerta Grande en su confirmación en San Isidro
Primer festejo de «No hay billetes». Roca Rey arrolla, enloquece a la Plaza, corta dos trofeos y abre la Puerta Grande.Con sólo 19 años, Andrés Roca Rey tiene cualidades claras de figura: cabeza fría, valor natural, variedad. En el primero, levanta un clamor al replicar, con el capote a la espalda, el quite de Castella. Comienza con tres pases cambiados y sigue por la derecha, muy mandón, aguanta parones. Como el toro se raja, recurre a lo menos clásico y los puritanos se lo reprochan, injustamente. El sexto, de Mayalde, es serio, alto, abierto de pitones: se mueve, va fuerte, sin fijeza. Andrés asusta al público con un tremendo quite, capote a la espalda. Enlaza los estatuarios con unos cambios tan ceñidos que el toro le tropieza; templa por la derecha, aguanta coladas por la izquierda: traga de verdad, se juega la cornada, con serenidad asombrosa, pone a la gente de pie. Entra a matar volcándose, sale con la taleguilla rota. Se han acabado ya los recelos: el público madrileño se ha entregado a un nuevo fenómeno. ¡Qué bueno es esto para la Fiesta, en el Perú! Y, en general, en todo el mundo taurino. Roca Rey ha apostado fuerte y ha ganado. Si le respetan los toros –su toreo es de enorme riesgo– va a arrasar, en muchos ruedos. Sólo he lamentado que no lo haya visto, esta tarde, su compatriota Mario Vargas Llosa, que me preguntó por él.
MUNDOTORO: Roca Rey, a golpe cantado
José Miguel Arruego
Inicio explosivo. Estatuarios entre las dos rayas, Se lo pasa por la espalda y el toro le tira un derrote en la espalda y está a punto de prenderlo. Le da sitio en las primeras series con la derecha. El toro es pronto pero sale del muletazo con la cara por encima del palillo. Está tremendamente firme el peruano, que se juega la cornada en cada embroque. Con la zurda la faena adquiere entidad. La última serie con la derecha soberbia. La gente en pie porque concluye con una arrucina. Impresionante el modo de atacar y aguantar entre un muletazo y otro, con el toro mirando al pecho. Si se equivoca lo parte. Estoconazo cobrado en rectitud. Enorme.
APLAUSOS: Roca Rey, puerta grande, se consagra en Las Ventas
Por Íñigo Crespo
El peruano le corta las dos orejas al sexto tras una faena de impacto y valor descomunal; Alejandro Talavante, un trofeo, se la juega sin trampa ni cartón con el quinto y lo cuaja al natural. Autenticidad y valor descarnado de Roca Rey para cautivar a Madrid, lección de figura de Talavante con un toro duro de Cuvillo. Todo sucedió en los dos últimos ejemplares de una tarde que empezó muy fría pero que acabó en los cielos. Con un toro de Mayalde con movilidad pero de media arrancada, que nunca ha querido ir metido en la muleta y con la única virtud de atender a los toques, Roca Rey tocó la gloria de la plaza de Madrid con un determinación brutal y un valor a prueba de bombas. Desde el quite por gaoneras, pasando por el inicio por estatuarios en el que a punto estuvo de ser cogido, las zapatillas atornilladas, la manera de aguantar tarascadas, de ligar los muletazos en un un palmo de terreno que el toro no parecía tener, todo tuvo una emotividad mayúscula. Faena toda ella ejecutada en los medios. El peruano nunca no ha dudado, bajándole la mano, sacándoselo por la espalda…. un auténtico alboroto. Sin embargo nunca perdió la solemnidad que atesora en su andar por la plaza. Se tiró a matar o morir en la estocada, que cayó arriba y con el torero encunado entre los pitones. Tremendo. Dos orejas en su presentación de matador en Madrid, como dos cortó en su presentación de novillero. Apoteósica la salida a hombros. Noble pero sin fuerza el primero de Cuvillo, toro de la confirmación de Andrés Roca Rey, lo que le hizo defenderse durante la lidia. Sí tuvo virtudes como la fijeza y la prontitud, pero faltó transmisión. Castella quitó por chicuelinas y encontró la réplica del toricantano, que lo hizo por talaveranas muy logradas y que fueron ovacionadas con fuerza. Roca Rey brindó al Rey Juan Carlos. Muy buen actitud del peruano, que se lo pasó muy cerca siempre, tanto en el toreo fundamental como en el accesorio hasta en el arrimón final en el que las puntas rozaron la taleguilla. Mató de una estocada y fue ovacionado.
BURLADERO.TV Bendita locura al valor de Roca
Rafa Navarro - 13/05/2016
No es casualidad, no es flor de un día, la firmeza seca y valor de este torero lo han llevado a tocar el cielo las plazas más importantes del toreo. En su presentación como novillero el pasado año consiguió abrir su primera Puerta Grande. Esta tarde en su confirmación como matador, segunda vez en Madrid, ha conseguido su segunda Puerta Grande. Roca Rey sin toro, pone en pie a Las Ventas. A uno le cuesta describir las sensaciones
que transmite este torero en la plaza, es una nueva forma de entender la tauromaquia donde la integridad del cuerpo no tiene ningún límite. Valor, coraje, osadía, arrojo representa lo mismo y Roca Rey es el máximo exponente de todos ellos en la actualidad. Salía el sexto tras que Talavante levantara una tarde tediosa en una faena de maestro, de mando. Ya de salida fue brusco en el capote y no importó para pasárselo a ras de cuerpo en el quite por gaoneras. Comenzó la faena a pies juntos por estatuarios, pasándose por la espada, jugándosela y mucho. Se movía este sexto con malas intenciones pero le pudo Roca Rey con la zurda. Más que valor ante un astado que tenía más fijeza en su cuerpo que en la muleta. Alargó y ligó por el derecho, se inventó la faena y Madrid a revienta calderas. Intensidad máxima y cuando el astado tenía la cara arriba, sin las condiciones más propicias para conseguir la suerte suprema, tiró la moneda y matar o morir. El acero hasta la bola y como único escudo sus muslos que toparon con el burraco de Conde de Mayalde. Después llegó la apoteosis y es que sin toro consiguió descerrajar la puerta que da a la Calle Alcalá en la primera de sus tres tardes este San Isidro. En el toro de su confirmación faltó intensidad y aunque el peruano puso ganas, se notaron los nervios y que su rival fue más soso que peligroso. Confirmación soñada, esta tarde en Madrid no hubo toreo largo, toreo clásico, toreo artista, toreo de ligazón, hoy en Madrid se premió el mérito de un joven matador con el atrevimiento y coraje de un bendito loco.