domingo, 15 de mayo de 2016

Madrid 10ª, bazofia de ganado y Roca Rey no repite el triunfo en Madrid

@magalyzapata
De vacío como todos los de la terna se fue Andrés Roca Rey, Talavante y el toricantando Posada de Maravillas.

Sin trofeos, sin peticiones, sin vueltas al ruedo, sin ovaciones, sin palmas y sí con algunos pitos y protestas. Por el ganado, por la colocación –en el caso de Roca Rey- a quien midieron y exigieron los del 7, como si de figura se tratara. Tarde en la que se colgó el cartel de ‘no hay billetes’. Aun así, el peruano fue obligado a saludar desde el callejón en su primero, por la actitud que mostró toda la tarde, que fue de quites, pero no es por lo que venía.

Si el año pasado fue premiada como la mejor, por más bravo encierro el de Juan Pedro Domecq, este año se le premiará con los ‘razzies’ (anti-oscar) de los toros por ser, hasta hoy que van 10 tardes, la peor. Grandullones, para mí fuera de tipo, mucha caja, mucho peso –hasta 590- y diferencia de casi 90 kilos entre algunos- lo que la hacía desigual y dispareja, todos esaboríos, osea sin gracia, descastados, sosos, sin clase al embestir, sin codicia pero con nobleza, esa de tontos, de los deslucidos, ante los que se haga lo que se haga, no son agradecidos, vamos, que no cala en los tendidos. Ese comportamiento hizo que la tarde se hundiera en el sopor y aburrimiento que apenas fue despertado por el peruano Andrés Roca Rey cuando echó el resto como es su costumbre, desde el inicio de cada faena, y en los quitos a toros de otro turno.

Fue noble su primero pero bajo de casta y condicionó su embestida y duración. Con lentitud lo pasó y mucha suavidad en el toque, duró tres buenas series que ligó en un palmo por dejar la franela en la cara del toro, y de ahí tuvo que porfiar, exigir e insistir pero la faena no remontó. Importante el brindis que ofreció al emérito Rey Juan Carlos, en su barrera de costumbre con su hija Elena y su nieta Victoria. Le dijo que lo invitaba a estar en Acho para celebrar los 250 años. Imagino que el mensaje directo vendría de la nueva empresa de Lima, en la que está su tío Juan Manuel y sus apoderados mexicanos de Casa Toreros, presentes en Madrid. Buena jugada sin duda.

Con el 5º el saludo fue de brega hasta que llegó el quite por espaldinas aguantando el viaje del toro que vino de tablas, quieto en los medios, y cuando acortaron sus distancias, le puso el toro una zancadilla que lo hizo caer y poner en peligro a no ser porque rodó y rodó, mirando al toro, y se autoquitó, al tiempo tras ser llamado con un capote el toro también rodó y el palco lo cambió ipso facto.


Salió el 5º bis del mismo hierro que no fue mejor y que a la postre fuera también cambiado. A este lo recibió, sí, lo recibió, en los medios, impertérrito por gaoneras, algo inédito o poco frecuente hacerlo con el toro alzado por el riesgo que conlleva. Y al cerrar rodillas en tierra con un afarolado la plaza estalla en una ovación y otra vez el peruano puso en pie a la cátedra. Cuando parecía que sí, fue que no, lo cambiaron tras varas por doblar las manos. Incontinencia del juez que no le gusta esperar.

Y llegó el 5º tris, con el hierro de José Luis Marca, otras hechuras, en Contreras, pero que tampoco dio lucimiento. En capote lo dejó dibujar alguna verónica pero se desentendió pronto del capote. No tuvo trasmisión en muleta, duró poco como poco tuvo de recorrido, ahora sí abrevió.

En resumen una tarde de silencios, protestas por los toros y alguna más contra el peruano por aquello de los del 7 que se ponen siempre belicosos con el triunfador, no le perdonó un ápice la colocación y tampoco la arrucina en su momento. El peso de la púrpura que el peruano empieza a cargar en sus hombros. Así es Madrid y por eso es tan importante y tan difícil un triunfo ante la cátedra, como lo tuvo Roca Rey el 13 de mayo cuando confirmó alternativa. Y eso los del 7 tardarán en perdonarlo.

FICHA. Madrid, domingo 15 de mayo de 2016. Cuatro toros de Juan Pedro Domecq, uno (5º tris) de José Luis Marca, salido tras devolverse el titular y el sobrero de Juan Pedro, ambos por flojos; y otro (6º bis) de Conde de Mayalde, salido tras regresar a los corrales -también por flojo- el titular de Juan Pedro. Bien presentados, desiguales de hechuras y en general deslucidos. El de mejor condición -por el pitón derecho- el 3º. Alejandro Talavante, silencio en su lote; Roca Rey, palmas y silencio; Posada de Maravillas, que confirma alternativa, silencio tras aviso y silencio. Entrada: Lleno de "No hay billetes". El rey emérito, D. Juan Carlos I, acompañado de su hija, Dña. Elena de Borbón, presencia el festejo desde la meseta de toriles.