(Remembranza a lo más destacado)
México, D. F. / Domingo, 1 de febrero de 2009.
Por: Puerta Grande
Este fin de semana simbolizó dos tardes de fiesta y triunfo, en las que predominaron espectaculares contrastes en la plaza de toros de Provincia Juriquilla en la ciudad de Querétaro. A pesar de atravesar por una situación económica mundialmente complicada, el reconocido empresario Juan Arturo Torreslanda “El Pollo”, no escatimó en ofrecer al público espectáculos de nivel superior. Hago referencia a dos carteles muy bien rematados, que marcaron el regreso de célebres figuras de toreo a los ruedos queretanos. Con varios días de anticipación, la taquilla presentó en sus ventanillas el anunció de “BOLETOS AGOTADOS”.
El viernes 31 de enero, en una noche con frío extremo, la plaza registró un lleno sorprendente en todas las localidades, era imposible transitar por cualquier parte. Muchas personalidades de la política nacional y rostros conocidos se dieron cita en el peculiar coso. En el callejón se pudo apreciar la presencia de Federico Pizarro, Omar Villaseñor, Alfredo Gutiérrez, José María Luévano, Oscar San Román, Santiago Fausto, Fernando Labastida, Jorge Hdez. Gárate, entre otros tantos toreros. El festejo se extendió hasta las 12:50 a.m. y el helado y fuerte viento fue incrementándose.
Cuando el reloj marcó las veinte horas exactas, sonaron parches y metales para comenzar el esplendoroso paseíllo. De inmediato, una calurosa ovación dio la ¡Bienvenida! a los actuantes en cuanto se dejaron ver. Se lidiaron siete ejemplares de la ganadería de De Santiago y uno más de Xajay. El ganado de Pepe Garfías fue desigual en presencia y de menor lucimiento en general, exceptuando el cuarto de la tarde que fue para rejones y se ganó el decoro del arrastre lento. Mientras que el de reserva de Xavier Sordo, mostró bonitas hechuras pero poco juego. Curiosamente, este toro se llamó PA’ FEBRERO, el cual saltó a la arena en enero y me recordó a aquel negro bragado PA’ ENERO proveniente de la misma ganadería, que fue indultado el pasado mes de diciembre en la actual Temporada Grande de la Plaza México, de manos del michoacano Fernando Ochoa.
El rejoneador navarro hizó honor a su apellido, “Hermoso” fue el espectáculo que regaló a la concurrencia. Hizó gala de su formidable quehacer ecuestre, ya que en ambas faenas dio una demostración de dominio, técnica y preparación de sus caballos toreros, destacando “Silveti”, “Fusilero” y “Pirata” en las suertes por excelencia, toreando de frente, al sesgo, llevando al toro en cosidas embestidas al costado, realizando piruetas y la famosa mendozina con el teléfono. Resultó el triunfador, al arrancarle una oreja a cada uno de sus bureles en suerte.
Sebastián Castella logró cuajar una faena impecable a su primero perdiendo los trofeos con la espada y fue llamado a saludar en el tercio. En su segundo no tuvo opción alguna y el de regalo sólo le permitió un estremesedor inició de muletacon tres cambiados por la espalda y posteriormente, el trasteo vino de más a menos.
El torero de la tierra, Octavio García “El Payo” dejó ver su falta de rodaje pese a un lote empañado y un sobrero sin condiciones, ante los que únicamente mostró voluntad, valor y ganas de agradar. Por cierto, sería recomendable que tenga especial entrenamiento y cuidado en la suerte suprema.
Al día siguiente, se volvió a señalar un lleno total y un clima favorable. La corrida comenzó en punto de las 5:00 p.m. Esta vez, el encierro fu procedente de La Estancia propiedad de Don Alejandro Mtz. Vértiz, nuevamente se trató de astados limitados de presencia, reculones, tendían a huir hacia las tablas y su mansedumbre les costó estar por debajo de la clase de los matadores.
Se vió a un Fernando Ochoa gallardo y evolucionado. Su primero pasó al recuerdo con detalles pintorescos en aisladas tandas. En su segundo, trazó una faena aseada, con clase y sentimiento, la cual le valió para recibir dos merecidos apéndices. Como detalle, les comento que el moreliano tiene como costumbre desayunar hot cakes (panqueques) en los días que torea porque le resultan de buena suerte y ha quedo comprobada su efectividad, que certero en su creencia.
El pundonoroso madrileño Jualián López “El Juli” consolidó su irrevocable supremacía en el toreo de a pie y en todo momento les dejó claro ¡quién manda! al par de remolones cornúpetas. Logró la victoria con las dos orejas y el rabo del quinto de la tarde. Aunque hubo división en el tendido.
Por su parte, Ignacio Garibay se sostuvo decidido, entregado y combativo. Su primero en suerte tuvo que ser devuelto a los chiqueros tras despitorrarse al rematar en al burladero de matadores, siendo sustituido por el primer reserva, que no se salvó de ser parte del defectuoso conjunto. Sobresalieron muletazos sentidos y coreados en su lote. Salió de pie con una solitaria oreja del primero.
Finalmente, Ochoa y El Juli salieron en hombros mientras la banda del estado hacía sonar el majestuoso Huapango de Moncayo y el cielo se dibujaba de luz con espectaculares fuegos artificiales alusivos a los colores patrios como en el día anterior.
¡Enhorabuena para todos!
México, D. F. / Domingo, 1 de febrero de 2009.
Por: Puerta Grande
Este fin de semana simbolizó dos tardes de fiesta y triunfo, en las que predominaron espectaculares contrastes en la plaza de toros de Provincia Juriquilla en la ciudad de Querétaro. A pesar de atravesar por una situación económica mundialmente complicada, el reconocido empresario Juan Arturo Torreslanda “El Pollo”, no escatimó en ofrecer al público espectáculos de nivel superior. Hago referencia a dos carteles muy bien rematados, que marcaron el regreso de célebres figuras de toreo a los ruedos queretanos. Con varios días de anticipación, la taquilla presentó en sus ventanillas el anunció de “BOLETOS AGOTADOS”.
El viernes 31 de enero, en una noche con frío extremo, la plaza registró un lleno sorprendente en todas las localidades, era imposible transitar por cualquier parte. Muchas personalidades de la política nacional y rostros conocidos se dieron cita en el peculiar coso. En el callejón se pudo apreciar la presencia de Federico Pizarro, Omar Villaseñor, Alfredo Gutiérrez, José María Luévano, Oscar San Román, Santiago Fausto, Fernando Labastida, Jorge Hdez. Gárate, entre otros tantos toreros. El festejo se extendió hasta las 12:50 a.m. y el helado y fuerte viento fue incrementándose.
Cuando el reloj marcó las veinte horas exactas, sonaron parches y metales para comenzar el esplendoroso paseíllo. De inmediato, una calurosa ovación dio la ¡Bienvenida! a los actuantes en cuanto se dejaron ver. Se lidiaron siete ejemplares de la ganadería de De Santiago y uno más de Xajay. El ganado de Pepe Garfías fue desigual en presencia y de menor lucimiento en general, exceptuando el cuarto de la tarde que fue para rejones y se ganó el decoro del arrastre lento. Mientras que el de reserva de Xavier Sordo, mostró bonitas hechuras pero poco juego. Curiosamente, este toro se llamó PA’ FEBRERO, el cual saltó a la arena en enero y me recordó a aquel negro bragado PA’ ENERO proveniente de la misma ganadería, que fue indultado el pasado mes de diciembre en la actual Temporada Grande de la Plaza México, de manos del michoacano Fernando Ochoa.
El rejoneador navarro hizó honor a su apellido, “Hermoso” fue el espectáculo que regaló a la concurrencia. Hizó gala de su formidable quehacer ecuestre, ya que en ambas faenas dio una demostración de dominio, técnica y preparación de sus caballos toreros, destacando “Silveti”, “Fusilero” y “Pirata” en las suertes por excelencia, toreando de frente, al sesgo, llevando al toro en cosidas embestidas al costado, realizando piruetas y la famosa mendozina con el teléfono. Resultó el triunfador, al arrancarle una oreja a cada uno de sus bureles en suerte.
Sebastián Castella logró cuajar una faena impecable a su primero perdiendo los trofeos con la espada y fue llamado a saludar en el tercio. En su segundo no tuvo opción alguna y el de regalo sólo le permitió un estremesedor inició de muletacon tres cambiados por la espalda y posteriormente, el trasteo vino de más a menos.
El torero de la tierra, Octavio García “El Payo” dejó ver su falta de rodaje pese a un lote empañado y un sobrero sin condiciones, ante los que únicamente mostró voluntad, valor y ganas de agradar. Por cierto, sería recomendable que tenga especial entrenamiento y cuidado en la suerte suprema.
Al día siguiente, se volvió a señalar un lleno total y un clima favorable. La corrida comenzó en punto de las 5:00 p.m. Esta vez, el encierro fu procedente de La Estancia propiedad de Don Alejandro Mtz. Vértiz, nuevamente se trató de astados limitados de presencia, reculones, tendían a huir hacia las tablas y su mansedumbre les costó estar por debajo de la clase de los matadores.
Se vió a un Fernando Ochoa gallardo y evolucionado. Su primero pasó al recuerdo con detalles pintorescos en aisladas tandas. En su segundo, trazó una faena aseada, con clase y sentimiento, la cual le valió para recibir dos merecidos apéndices. Como detalle, les comento que el moreliano tiene como costumbre desayunar hot cakes (panqueques) en los días que torea porque le resultan de buena suerte y ha quedo comprobada su efectividad, que certero en su creencia.
El pundonoroso madrileño Jualián López “El Juli” consolidó su irrevocable supremacía en el toreo de a pie y en todo momento les dejó claro ¡quién manda! al par de remolones cornúpetas. Logró la victoria con las dos orejas y el rabo del quinto de la tarde. Aunque hubo división en el tendido.
Por su parte, Ignacio Garibay se sostuvo decidido, entregado y combativo. Su primero en suerte tuvo que ser devuelto a los chiqueros tras despitorrarse al rematar en al burladero de matadores, siendo sustituido por el primer reserva, que no se salvó de ser parte del defectuoso conjunto. Sobresalieron muletazos sentidos y coreados en su lote. Salió de pie con una solitaria oreja del primero.
Finalmente, Ochoa y El Juli salieron en hombros mientras la banda del estado hacía sonar el majestuoso Huapango de Moncayo y el cielo se dibujaba de luz con espectaculares fuegos artificiales alusivos a los colores patrios como en el día anterior.
¡Enhorabuena para todos!