Lo dijo en su visita a Nueva York, al Club Taurino que preside nuestra amiga Lore Monnig. Aseguró que los más difícil del toreo es poder expresar lo que sientes por dentro. También que los toreros que más le habían infulido eran Antonio Ordóñez a través de su padre, su gran y más íntimo maestro, así como Enrique Ponce y El Juli. La música es lo que más le inspira, sobre todo cuando la escucha en soledad. Pero también las faenas de sus compañeros más queridos, los que más le llenan. De sus propias obras, señaló como preferidas las de Sevilla, Madrid, Bilbao, El Puerto de Santa María, Ronda, las de México de hace dos años y las de éste en Lima y Bogotá. (DTEL). Tuve la suerte de ver las de América...