Por Pedro Abad-Schuster
El rejoneador Leonardo Hernández triunfó en la matinal del domingo en Sevilla, tras cortar dos orejas por su gran faena al sexto toro del encierro de Benitez Cubero. Un trofeo pasearon - de diferente peso- los rejoneadores Diego Ventura, Rui Fernández y Andy Cartagena. Abrió plaza Antonio Domecq, que paró y templó con celo en la cabalgadura a su toro, al que sólo puso un sólo rejón por observar que el toro tenía poca fuerza. En el tercio de banderillas a una mano arriesgó y se dejó llegar mucho al estribo al toro, reuniendo los rehiletes en todo lo alto. Antonio estuvo puro, realizando las suertes de frente y dando los pechos, lllegando hasta la misma cara de su astado. Estuvo a gran altura ante un animal rajado que quería buscar siempre las tablas. Perdió el trofeo porque el rejón cayó bajo. Por su parte Rui Fernandes cortó una oreja con fuerza al segundo de la mañana. El portugués expuso y estuvo muy inteligente con un astado al que le faltaba bastante casta. Solventó toda la soseria que tenía el animal poniendo todo de su parte. Llegó siempre a los terrenos del toro con gran exposición, acercándose mucho para provocarle la acometida. Hizo vistosos alardes e intercaló también momentos de rejoneo clásico. Rejonazo arriba de rápido efecto.
También paseó un apéndice del tercero Andy Cartagena, con un toro que no ayudó en nada por blando y parado en los medios. El alicantino lució una cuadra muy igualada, con vistosidad y practicando un rejoneo de cara a la galería. Además, destacó con las cortas al violín.
Con el cuarto, Diego Ventura se fue directamente a la Puerta de Chiqueros a recibirlo a portagayola, clavando el primer rejón de castigo. Con Manzanares formó un lío a una mano. Con su caballo Distinto realizó un quiebro espectacular, dándole las ventajas al toro en su querencia. Con Nazaré arriesgó y se dejó llegar al toro al estribo, mientras que con Califa puso las rosas llegándole mucho al toro. Sin embargo, lo que era un triunfo mayor se esfumó por caer el rejón muy bajo. Le concedieron una oreja con petición de la segunda, aunque Ventura se negó a pasearla.
El rejoneador Leonardo Hernández triunfó en la matinal del domingo en Sevilla, tras cortar dos orejas por su gran faena al sexto toro del encierro de Benitez Cubero. Un trofeo pasearon - de diferente peso- los rejoneadores Diego Ventura, Rui Fernández y Andy Cartagena. Abrió plaza Antonio Domecq, que paró y templó con celo en la cabalgadura a su toro, al que sólo puso un sólo rejón por observar que el toro tenía poca fuerza. En el tercio de banderillas a una mano arriesgó y se dejó llegar mucho al estribo al toro, reuniendo los rehiletes en todo lo alto. Antonio estuvo puro, realizando las suertes de frente y dando los pechos, lllegando hasta la misma cara de su astado. Estuvo a gran altura ante un animal rajado que quería buscar siempre las tablas. Perdió el trofeo porque el rejón cayó bajo. Por su parte Rui Fernandes cortó una oreja con fuerza al segundo de la mañana. El portugués expuso y estuvo muy inteligente con un astado al que le faltaba bastante casta. Solventó toda la soseria que tenía el animal poniendo todo de su parte. Llegó siempre a los terrenos del toro con gran exposición, acercándose mucho para provocarle la acometida. Hizo vistosos alardes e intercaló también momentos de rejoneo clásico. Rejonazo arriba de rápido efecto.
También paseó un apéndice del tercero Andy Cartagena, con un toro que no ayudó en nada por blando y parado en los medios. El alicantino lució una cuadra muy igualada, con vistosidad y practicando un rejoneo de cara a la galería. Además, destacó con las cortas al violín.
Con el cuarto, Diego Ventura se fue directamente a la Puerta de Chiqueros a recibirlo a portagayola, clavando el primer rejón de castigo. Con Manzanares formó un lío a una mano. Con su caballo Distinto realizó un quiebro espectacular, dándole las ventajas al toro en su querencia. Con Nazaré arriesgó y se dejó llegar al toro al estribo, mientras que con Califa puso las rosas llegándole mucho al toro. Sin embargo, lo que era un triunfo mayor se esfumó por caer el rejón muy bajo. Le concedieron una oreja con petición de la segunda, aunque Ventura se negó a pasearla.
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