El Informador de Guadalajara.
Francisco Baruqui.
Madrid. Otro lleno de plaza con un clima que invitaba a toros con un cartel modesto, — como la mayoría de los del ciclo —, y roto el paseíllo se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de José Gómez “Joselito”, caído en Talavera de la Reina hace 89 años frente al toro “Bailaor” de la Vda. de Ortega. Y ya por cuanto a la corrida de ayer, el interés de ver las lidias de ejemplares de José Escolar con ascendencia de Victorino Martín, y particularmente llamativos por el origen de Saltillo, simiente y base del ganado que se cría en México. Así, astados luciendo el pelaje cárdeno en diferentes tonalidades, terciados, de contrastantes hechuras, varios amplios de sienes con alguno cariavacado, bien puestos de cuernas con pitones astifinos que dieron lidias exigentes, obligando a los toreros a dar de sí con lo que cada uno tenía, y con ello, podía.
Tres escolares fueron de triunfo; los corridos en primero, tercero y sexto lugares. Tuvieron la condición que poniendo pegas de salida, al transcurso de la lidia fueron a más sacando casta y emotividad pero humillando, con recorrido, clase y fijeza. El tercero tuvo un gran pitón derecho yendo de largo, fijo y metiendo el morro con claridad y temple y… Y mire lo que son las cosas, el que cerró plaza era un toro feo de hechuras, falto de trapío con todo y la referencia de fenotipo por su encaste, que fue a más y más, pero sin encontrar eco en la muleta de su matador cuando tenía embestidas muy templadas pero que obligaban al sometimiento, que ninguno fue tonto, que no.De tal manera que el primero de Rafael Rubio “Rafaelillo”, voluntarioso y tesonero destacó en momentos pero sin redondear pasando la pena negra con la espada y aviso, resultando el lote superior para Sánchez Vara quien con actitud y deseos brilló en algunas series haciéndose ovacionar sí, pero debo decirlo, por debajo de las cualidades de sus dos toros, con todo y que anduvo breve con el acero no pudo cortar la oreja de cada uno. Por cuanto a Fernando Robleño se llevó el hueso y varios sustos frente a reses duras, ásperas y correosas, de extremas complicaciones con las que solo se hizo aplaudir con su segundo en una faena de poder, toreando por la cara, macheteando y conseguir llevarse al morlaco de las tablas a los medios. Hay que poder más cuando hay toros que no sirven para pegarles pases. La tauromaquia ofrece recursos para imponerse a bureles de tales características, cuando no, definitivamente no son para filigranas.
Francisco Baruqui.
Madrid. Otro lleno de plaza con un clima que invitaba a toros con un cartel modesto, — como la mayoría de los del ciclo —, y roto el paseíllo se guardó un respetuoso minuto de silencio en memoria de José Gómez “Joselito”, caído en Talavera de la Reina hace 89 años frente al toro “Bailaor” de la Vda. de Ortega. Y ya por cuanto a la corrida de ayer, el interés de ver las lidias de ejemplares de José Escolar con ascendencia de Victorino Martín, y particularmente llamativos por el origen de Saltillo, simiente y base del ganado que se cría en México. Así, astados luciendo el pelaje cárdeno en diferentes tonalidades, terciados, de contrastantes hechuras, varios amplios de sienes con alguno cariavacado, bien puestos de cuernas con pitones astifinos que dieron lidias exigentes, obligando a los toreros a dar de sí con lo que cada uno tenía, y con ello, podía.
Tres escolares fueron de triunfo; los corridos en primero, tercero y sexto lugares. Tuvieron la condición que poniendo pegas de salida, al transcurso de la lidia fueron a más sacando casta y emotividad pero humillando, con recorrido, clase y fijeza. El tercero tuvo un gran pitón derecho yendo de largo, fijo y metiendo el morro con claridad y temple y… Y mire lo que son las cosas, el que cerró plaza era un toro feo de hechuras, falto de trapío con todo y la referencia de fenotipo por su encaste, que fue a más y más, pero sin encontrar eco en la muleta de su matador cuando tenía embestidas muy templadas pero que obligaban al sometimiento, que ninguno fue tonto, que no.De tal manera que el primero de Rafael Rubio “Rafaelillo”, voluntarioso y tesonero destacó en momentos pero sin redondear pasando la pena negra con la espada y aviso, resultando el lote superior para Sánchez Vara quien con actitud y deseos brilló en algunas series haciéndose ovacionar sí, pero debo decirlo, por debajo de las cualidades de sus dos toros, con todo y que anduvo breve con el acero no pudo cortar la oreja de cada uno. Por cuanto a Fernando Robleño se llevó el hueso y varios sustos frente a reses duras, ásperas y correosas, de extremas complicaciones con las que solo se hizo aplaudir con su segundo en una faena de poder, toreando por la cara, macheteando y conseguir llevarse al morlaco de las tablas a los medios. Hay que poder más cuando hay toros que no sirven para pegarles pases. La tauromaquia ofrece recursos para imponerse a bureles de tales características, cuando no, definitivamente no son para filigranas.