viernes, 9 de mayo de 2008

Sobre la de ayer en Nimes...

Fue una corrida típicamente champán. Unos toritos de miel y canela, un público dispuesto a creérselo todo o a buscar en cada uno de los toreros la pasión de su toreo. De esta manera, algunos se encantaron del toreo barraco y flamenquista de Conde -destacaron unas soberbias verónicas-. Otros se volvieron locos con la fantástica técnica de El Juli, que ayer hubiera podido hacer embestir hasta las piedras del circo romano. Y por fin el «cocorrricó» para el gallo nacional, Sebastián Castella. Lo que decíamos: había placer y felicidad para todo tipo de público.
ZOCATO