Hablo de Alejandro Talavante. Que no levantaba cabeza luego de haber hecho lo que hizo el año pasado: Puerta grande en Las Ventas en domingo de ramos y luego puerta del príncipe en Sevilla… Este año su paso por Madrid, fue abúlico, para otros, sin entender a los toros, tanto que hasta parecía que el concepto Talavante se derrumbaba.
Hoy tenemos una buena noticia. Abrió la puerta grande en Granada pero, siendo como es el público de festivo en su fiesta del Corpus, lo más importante es el ánimo que refleja el torero: “esto marca un punto de inflexión en la temporada, toreé con sentimiento. Venía predispuesto y mi obsesión era plasmarlo en el ruedo".
Mundotoro: Talavante llenó de vibración los tendidos con el segundo de la tarde, un toro de extraordinaria nobleza al que toreó con sentimiento. El extremeño lo recibió con un cadencioso toreo a la verónica a pies juntos, le instrumentó un quite por gaoneras ajustadas en el centro del anillo y, muleta en mano, no enmendó terrenos para redondear las series. Los pasajes más bellos vinieron en el toreo al natural.
Torrehandilla, bien presentados y de variado juego, destacaron segundo y quinto, muy nobles, y bueno el sexto. Pepín Liria, palmas y ioreja; Alejandro Talavante, dos orejas y ovación tras aviso y; Daniel Luque , oreja y ovación tras aviso.
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