Más allá del resultado del festejo, importa destacar el hecho histórico que un torero peruano como Andrés Roca Rey haya hecho el paseíllo en La Maestranza en la tradicional corrida del Domingo de Resurrección que no sólo abre la temporada en Sevilla sino que además suele tener en sus actuantes a los toreros más destacados de la temporada y emblemáticos para su afición.
Fue así que el limeño hizo el paseíllo con Morante de la Puebla y Manzanares ante toros de Núñez del Cuvillo. Sobre el papel, el agasajo era total, un lleno en la plaza y gran ambiente de fiesta pero los toros se encargaron de echar todo al traste por su sosería, aunque con nobleza, pues no ayudaron a empujar al triunfo, desluciendo en mayoría lo que hicieron o pudieron hacer los de la terna.
Aún así, bien pudieron haberles cortado tres orejas, una por coleta. Una para Morante en el 4o, que hizo y dibujó el toreo por detalles y de pinturería artista, y antes en el quite al toro del peruano que dibujó verónica y media de cartel de toros, haciéndonos ver que esa nobleza del melocotón rebosaba por el derecho, pero en su toro, pinchó.
Otra era para Manzanares del 5o, el que más se movió y más aguantó sin desfondarse, porque bajos de raza estuvieron todos los de Núñez, y a base de aguantar su ir y venir incierto, con el temple que imprimió, y el gusto, y la suavidad, empapó de paño su cara y condujo, mucho mejor por naturales, breves pero buenos por profundos. Pinchó y entera arriba y desacierto del puntillero.
Primer paseíllo del peruano Roca Rey en Resurrección de Sevilla, palabras mayores, y de su lote, descastado e inservible por soso y esaborío el cierra plaza, estuvo y lo intentó, incluso de rodillas por verónicas pero la cosa no remontó. En el 3o, sí aquel del que acoté el quite de Morante que fue una oda al arte de torear, creo que equivocó el peruano en replicar por gaoneras, siendo su repertorio, acaso no convenía echarle telas por alto. Ya se había visto su camino, lo mostró Morante, pero tras brindis se fue a los medios para cambiarselo y trasteo con esfuerzo y poco lucimiento la nobleza del Núñez, hasta finales de faena cuando ajustándose porque ya no tenía recorrido, hizo el toreo templado, embarcado, toreado y macizo en una tanda al cierre, para mi la mejor.
El resultado es que saludaron ovaciones y el público de allá, como el de la tele, nos quedamos con un agrio sabor de boca, y otra vez se cumplió aquello de "tarde de expectación que resulta de decpción".
Plaza de toros de La Maestranza de Sevilla. Domingo de Resurrección. Cartel de 'No hay billetes' y se han lidiado toros de Núñez del Cuvillo de distinto juego, aunque con poco fondo y faltos de raza.
José Antonio 'Morante de La Puebla': silencio tras aviso y ovación.
José María Manzanares: silencio y saludos tras aviso.
Andrés Roca Rey: ovación y silencio.