El mexicano Diego Silveti recibió a la verónica a su novillo lo que le sirvió para templarlo, ya que salió con muchos pies. Le administró después un quite por gaoneras que calentó al público, deseoso de ver al mexicano. Comenzó la faena de muleta por estatuarios, para después hacer que ésta ganara en intensidad con naturales de empaque en los que se pasó muy de cerca al novillo. Sonaba el pasodoble Silverio Pérez cuando Silveti citaba al toro por el pitón contrario llevándolo en redondo, administrando su embestida. Los momentos de mayor emoción vinieron con los pases cambiados por la espalda en los que hizo gala de su valor y entrega. Falló con los aceros y perdió la posibilidad de cortar orejas. La faena fue premiada con palmas.
A su segundo lo recibió andándole, ya que salió algo suelto. Le realizó unas saltilleras con gusto en el quite. Ya con la muleta empezó con cinco péndulos que hicieron vibrar al público. El novillo resultó complicado, sobre todo por el pitón izquierdo. A Silveti le pudieron las ganas y se arriesgó, tiró la moneda al aire, insistió y acortó los terrenos con el astado, construyendo una faena de emoción, llegando a ser prendido en una serie de bernardinas, afortunadamente no sufrió daño alguno. Mató de estocada casi entera y cuatro descabellos, por lo que no tocó pelo. Obtuvo palmas.
Jonathan Guillén abrió plaza con un novillo que tuvo siempre la cara a media altura y una embestida cansina lo que le complicó la labor al novillero. Evidenció Guillén su voluntad atreviéndose por manoletinas y realizando un ajustado pase por alto. Mató de pinchazo y media y precisó de varios descabellos. Silencio.
Guillén lo volvió a intentar con el cuarto al que le dispensó unas gaoneras, que resultaron algo embarulladas por la embestida corta del novillo. Comenzó la faena de modo espectacular con un pase cambiado de rodillas y ligó buenos derechazos, pero la faena fue a menos. Volvió a fallar con la espada. Silencio.
Juan Gómez no se supo entender con el segundo de la tarde que resultó complicado y que llegó a golpearlo en la mano, afortunadamente sin consecuencias. El novillo fue acortando su embestida de tal manera que Gómez hubo de abreviar. No anduvo el novillero acertado con la espada, precisando de varios descabellos que dieron lugar a un aviso, que bien pudieron ser dos. Silencio tras aviso.
El quinto no se termino de entregar y tuvo querencia a tablas lo que obligó a Gómez a plantear la faena en esos terrenos, pero aún así no consiguió nada destacado. Tampoco anduvo bien con la espada llegándole a sonar un aviso. Fue silenciado.
Ficha del festejo. San Cristóbal (Venezuela), miércoles 26 de enero. Novillos de Rancho Alegre y Campolargo, bien presentados en líneas generales, pero de juego desigual. Destacaron 3º y 6º. Un tercio de plaza. Jonathan Guillén: silencio y silencio. Juan Gómez: silencio tras aviso y silencio tras aviso. Diego Silveti: palmas y palmas tras aviso.