Jesus DE FARIÑA nos hizo llegar estas fotos de su triunfo en San Antón (Juliaca- Perú) "en donde toreé con muchísimo frío y lluvia torrencial intermitente... una corrida sin picar, sí, pero a 4.200 metros de altitud donde maté un toro con 5 años que por tener no tenía ni hierro conocido (Hermanos López de Achaco es una familia con extensas tierras que crían toros en estado totalmente salvaje, con decir que no hacen selección en tentaderos con eso lo digo todo) flacón, también, ya que no pasó de 400 Kg. de acuerdo, pero se movía como Pedro por su casa... normal llevaba el animalito toda su vida en el lugar... Y de la plaza de toros ¿de palos?, sí, ¡pero con un sabor y una estampa de toreo antiguo que te mueres de placer por estar allí! Me siento afortunado, ¿es tan dificil esto de entender? Lo prefiero una y mil veces a una moderna portátil... Que yo amo al Perú, eso lo sabe cualquiera que haya hablado conmigo media hora".
Lo reproduzco porque vale la pena conocer el sentimiento de quien no siendo peruano torea en el Perú. El diestro español ha recibido en su correo comentarios altisonantes de su participación en esta plaza y en estas condiciones por su trayectoria, que es fundamentaba por no decir casi en exclusiva en nuestro país ya por muchos años, más de una década. Me mojo y no por defender, porque no la necesita quien quiere bien mi país y eso lo respeto, porque tampoco la necesita quien a pesar de todo y por todo ello, apuesta porque quiere o necesita, pero lo hace, seguir haciendo fiesta en esta tierra, porque no necesita defensa quien sustenta su profesión en una enorme afición y si todo ello lo hace dentro de las normas legales establecidas por qué reprochar a uno lo que una o varias veces han hecho todos. De oro y de plata. Desde ponerse delante de novillos y no toros siendo matadores de toros hasta despachando los sin casta, o media, y no entera. Que tire la primera piedra quien esté libre de culpas... Lo bueno e importante es que desde hace más de una década las condiciones, estas condiciones, vienen cambiando. Pediría sí, al alferado, a quien organiza y a quienes toreen ese festejo el año próximo, que exijan picadores y poco a poco hacerle ganar seriedad al evento. Hay que emplearse no sólo en criticar, denostar, destruir, sino aportar, mejorar, construir. Que es lo más difícil.
Esta tambien es la fiesta taurina del Perú