viernes, 5 de febrero de 2010

Plaza México de aniversario, fue inaugurada por Manolete.


Por Pedro Abad-Schuster

La Monumental Plaza de Toros México está más viva que nunca, y como cada 5 de febrero festeja en este 2010 su aniversario 64 de rica historia taurina. Considerada por la mayoría como un monumento artístico, de los muchos que existen en la ciudad de México, el colosal escenario, el más grande del mundo, el embudo de Insurgentes ofrece a sus invitados el espectáculo para el que fue construido ex profeso, una corrida de toros nocturna, pues es día laborable: el interesante mano a mano entre una de las figuras nacionales del momento, el diestro tlaxcalteca Rafael Ortega y el estelar torero francés Sebastián Castella, con toros de Los Encinos.

La Plaza México se ha consolidado en estos 64 años como uno de los escenarios más funcionales que existen en la capital del país azteca, pues no sólo presenta espectáculos taurinos, sino artísticos, culturales, religiosos y políticos. El majestuoso coso fue inaugurado el 5 de febrero de 1946 con un cartel integrado por los diestros mexicanos Luis Castro El Soldado y Luis Procuna, y por el legendario matador español Manuel Rodríguez Manolete, con toros de San Mateo. La nueva plaza de toros dio en esa su primera temporada de 1946 sólo cuatro corridas, en las que Manolete fue la parte fundamental junto al inolvidable Faraón de Texcoco Silverio Pérez, quien se alzó como el primer diestro en cortar un rabo.

Considerada como la plaza de toros más grande y cómoda del mundo, se construyó gracias al interés del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón, quien tuvo la enorme visión de edificar una mega Ciudad de los Deportes en la capital. El ambicioso proyecto abarcaba la construcción de varios escenarios, como una alberca olímpica, pistas de boliches, canchas de básquetbol y voleibol, un estadio de futbol, una plaza de toros, y un complejo comercial con restaurantes y salas de cine. De este proyecto sólo se pudo terminar el estadio de futbol, que hoy es la sede del Cruz Azul y la Monumental Plaza de Toros México, uno de los escenarios más importantes que tiene la capital. La construcción de esta majestuosa obra monolítica de hormigón armado fue dirigida por el ingeniero Modesto Rolland, quien la edificó en unos terrenos que ocupaba una ladrillera en la colonia Nochebuena, en ese entonces ubicada en las orillas de la capital. La construcción inició el 1 de diciembre de 1944, la cual tendría una peculiar característica, única en el mundo de la construcción de esa época, el que su ruedo estaría ubicado a 20 metros por debajo de las calles circunvecinas.

El impactante escenario, que tiene un aforo para más de 45 mil personas, fue adornado en sus fachadas por diferentes esculturas, todas de tipo taurino, obras del maestro valenciano Alfredo Just. Durante estos 64 años de rica historia una infinidad de anécdotas se han dado en el coso de Insurgentes, en el que han desfilado las máximas figuras taurinas de todos los tiempos, tanto nacionales como internacionales. Gracias a ello, la Plaza México se ha consolidado como uno de los escenarios más reconocidos a nivel mundial en el ámbito taurino, junto a la Plaza de Las Ventas en Madrid, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y la Plaza de Acho del Perú, con 244 años de existencia.