jueves, 11 de febrero de 2010

To-le-o (también en mandarín?)


El reportero mandarín del toreo. DIARIO EL MUNDO. por Toros.com
Por Virginia Casado | Pekín

Nunca ha pisado España. Tampoco sabe quién es Zapatero o cómo decir «gracias» o «buenos días» en español. Pero de lo que sí sabe, y mucho, es de toros, aunque con un acento muy peculiar: Na-tu-lal, ve-ló-ni-ca e incluso Je-su-lín de U-bli-que. Wang nombra estos términos taurinos con gracia, sin amilanarse ante tanta erre española. Por algo es el comentarista taurino más famoso de China.

La pasión de este pekinés por la Fiesta comenzó en los 80, cuando a través del Canal Internacional de TVE tropezó con una corrida en Las Ventas. «Me impactó la lucha de poder a poder entre el hombre y el animal, algo salvaje pero lleno de belleza», recuerda.

Desde entonces, Wang devora cualquier libro, película o programa televisivo relacionado con el mundo de la Tauromaquia. En junio del 2000, Tianjin TV decidió comenzar a emitir corridas españolas, y Wang Zhe, ya entonces considerado uno de los mejores comentaristas deportivos, no lo dudó ni un instante.

Su programa Douniu zhi ye (La noche de los toros) se convirtió en un éxito de audiencia, alcanzando su pico en 2006 con un millón y medio de espectadores. «Los chinos admiran la pasión y la valentía de los toreros españoles, muchos jóvenes sueñan con ser como ellos», afirma.

En 2004 retransmitió la primera corrida de toros organizada en el país. La plaza se llenó hasta la bandera y animó aún más el fervor mandarín por la Fiesta. Dos años después, alentado por tan tremendo éxito, el gobierno de Pekín decidió construir un coso taurino a las afueras de la ciudad. Sin embargo, de la que iba llamarse plaza de Yufa, sólo quedan ruinas debido al temor gubernamental por la propagación del mal de las vacas locas.

España = toros
Pero los toros en China son mucho más que una extravagancia lejana. Son, llanamente, nuestra seña de identidad. Según un estudio de la consultora TNS elaborado en 2008, un 62,9% de los chinos responde douniu (toros) cuando se les pregunta qué saben de España.

A Wang se le escapa una sonrisa al reconocer que, de vez en cuando, cuenta los líos de faldas de los toreros que circulan detrás de los burladeros. «A las chicas les encanta saber esas cosas. A veces me envían cartas de amor para que se las haga llegar», confiesa. Los preferidos: El Juli, José Tomás y los hermanos Rivera Ordóñez.

Lejos de tomarle por un bicho raro, sus conocidos admiran su pasión. Y a los que no, los convence: «Siempre hay alguien que me dice que matar al toro es cruel, y yo respondo que es ahí donde está la belleza salvaje de este arte. El torero enfrentado al toro en un combate por sobrevivir. Como decía Hemingway, 'la muerte es la única forma del artista de ser inmortal'», indica Wang refiriéndose a Muerte en la tarde, la obra del escritor norteamericano que elevó el toreo a leyenda.

«El gobierno español debería proteger los toros», espeta el comentarista al hablarle sobre la desidia de los jóvenes por la Fiesta y la eterna polémica sobre si es o no una tradición cruel. «En China pasa lo mismo con la Ópera de Pekín, los viejos la aman pero los jóvenes no la conocen. En España deberían pensar que las corridas permiten que el toro de lidia siga existiendo».

Y aunque los debates nacionalistas sobre la tauromaquia le quedan muy lejos, sí tiene algo claro: «Sé que en sitios como Cataluña tienen sensibilidades distintas, pero la gente que se opone al toreo no entiende la esencia de este arte. A los chinos nos gustan los toros y espero que los españoles los puedan conservar».