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lunes, 15 de febrero de 2010

Hermoso única oreja en la Perla Tapatía. Clase de Aguilar y puntazo. Adame sin suerte.

Por Pedro Abad-Schuster

Con mucho ambiente y media entrada en la Plaza Nuevo Progreso de Guadalajara, se cerraron los festejos de Aniversario de la ciudad ayer domingo 14 de febrero de 2010. Se lidió un encierro de Peñalba, ganadería hermana de Bernaldo de Quirós, que carecieron de casta, débiles, disparejos en presentación; no ayudaron al lucimiento de los toreros Joselito Adame y Mario Aguilar. Los de rejones, el primero fue a menos y el segundo tuvo más motor.

Pablo Hermoso de Mendoza cortó la única oreja de la tarde con su primero, tras una faena del agrado del público, luciendo la alta escuela de su cuadra. El toro perdió gas al final de la faena y Hermoso coronó su actuación de un fulminante rejón de muerte. Le fue concedida una oreja tras fuerte petición de la gente. En su segundo toro, con más movilidad, el rejoneador se superó y al son de melodías tapatías, logró una faena variada poniendo banderillas largas, cortas y a dos manos, lo cual enloqueció a la afición. Dejó un rejonazo en defectuosa colocación, sin embargo bastó para que el toro cayera a los pies de Pablo. La gente pidió las orejas, no obstante, el juez se desentendió. Al final, Hermoso de Mendoza dio vuelta al ruedo con mucha fuerza.

Joselito Adame tuvo una comparecencia de mucha entrega y raza, lástima el poco juego del ganado. En su primero ligó verónicas y luego quitó por gaoneras. También puso banderillas, que aunque no muy certero, el público le aplaudió. Ya con la muleta inició con péndulos, luego sólo pases aislados, ya que el toro se quedaba corto y no le permitió ligar una sola tanda. Falló con el estoque, certero descabello y se retiró en silencio. Con su segundo, Joselito Adame se lució por zapopinas que resultaron de pintura y al término de éstos la gente le brindó una sonora ovación. Nuevamente puso banderillas; Joselito brindó este astado a Pablo Hermoso. Su faena consistió en pelearle las embestidas a un toro débil y que en su poco recorrido pegaba hachazos; el torero estuvo machacón y con muchas ganas de agradar, sin embargo sólo consiguió detalles. Terminó con el animal de un pinchazo y una estocada.

Por su parte, Mario Aguilar tuvo sus mejores momentos con su primer astado, al cual le logró cuajar tres tandas por el lado derecho, bien estructuradas, que se basaron en pases templados y largos. A pesar de que el toro salía con la cara arriba, el espada le pudo sacar muletazos de mucho mérito y dejó ver su valor y clase. Quiso intentar torear al natural, sólo que por ese lado su enemigo tiraba derrotes a diestra y siniestra. Bien ha estado el torero, pero mal con la espada y se retiró en silencio. Con su segundo prácticamente no logró nada, luego de que al inicio de su faena recibió un puntazo y luego de salir de la enfermería en seguida lo mató.

Fuente. Esto Oem