Si hubiera que resumir lo acontecido en el ruedo por parte de Manzanares sería torería, empaque, duende y un toreo artista que brota a cada embestida del toro. Manzanares parece flotar y parece que su espíritu quiere salirse del pecho cuando se eleva al pasar el toro. Es distinto. No se parece a nadie. Se busca y se encuentra así mismo. No hay ensayo sino magia e improvisación. La forma de acompañar las embestidas y de alargarlas para ligar con otro, y otro y otro, y los remates llenos de duende del más puro sentimiento. Trincheras, trincherillas, desdenes, cambios de mano... Si hubiera que resumir lo acontecido... no se podría hacer con palabras. Hay que verlo y sobre todo sentirlo. Será un año especial lleno de alegrías, y estas dos orejas sirven de aviso.
Extracto de la crónica de Zábala de la Serna