Jueves 3 de abril. Pepín Liria en su temporada de despedida, se jugó la vida. Pasó en silencio en su primer toro y en el 4o se fue a recibirlo de rodillas frente a toriles. Fue arrollado y la plaza vivió momentos dramáticos. Lo puso todo en la faena y el público le pidió con fuerza doble trofeo que la presidencia dejó en una oreja. Antonio Ferrera saludó desde el tercio en el 5º (que se le dio vuelta al ruedo), destacó por naturales. Antes había triunfado El Cid en el 3º, cuajó gran faena, ligando con suavidad por dejar el trapo en la cara del animal. No firmó con la espada. En el último, silencio. Los toros de Victorino Martín, ovacionados 3º y 4º, 5º de vuelta al ruedo. La Maestranza vibró con los victorinos y la terna. Hubo tensión y emoción.
“yo no sé de dónde he sacado las fuerzas para lo de hoy, cuando me he levantado en la puerta de chiqueros no sabía lo que tenía; estaba reventado. La gente me empujaba, la música sonando… Sevilla es única. Me ha merecido la pena casi morir en Sevilla esta tarde.. he visto cómo la gente lloraba de emoción y la oreja es lo de menos; lo importante es cómo me he despedido de la Maestranza".
Titulares:
Barquerito: "Adiós de Pepín Liria a Sevilla, una catarata de emociones"…
Ni carne ni pescado hasta que saltó el tercero. Y entonces fue como si empezara otra corrida distinta. De fantástica intensidad, cargada de sucesos, emociones y polémica. Un espectáculo extraordinario.
Carlos Crivell: "Pepín Liria sale vencedor de otra batalla"
Emocionante tarde de toros de Victorino variados con tercero, noble; cuarto encastado, y quinto humillador. Pepín Liria se despidió de Sevilla en tono heroico. El Cid cuajó por naturales al tercero y Ferrera anduvo digno con un toro injustamente premiado con la vuelta al ruedo por un palco desafortunado.
José Antonio del Moral: "Un grandioso e inolvidable espectáculo"
Tres de los seis lidiados fueron de Puerta del Príncipe, el cuarto, uno de los animales más definitivamente bravos y completos en su manera de embestir que hayamos visto en nuestra vida. Aunque el festejo no fue redondo en resultados en gran parte por los fallos a espadas, esta corrida podremos contarla entre las inolvidables. Maravilloso El Cid, salvo a la hora de matar, perdió volver a salir por la mítica puerta. Emotivo, entregadísimo, heroico y hasta épico aunque impreciso, Pepín Liria, a quien se le concedió la única oreja de la tarde tras matar en los medios al magnífico ejemplar ya reseñado. Y como siempre, espectacular y asimismo entregado, Antonio Ferrera, aunque sin estar a la altura del quinto, uno de los tres merecedores de premio.
Zabala de la Serna: "Hombría, emoción, pasión y Victorino"
Si ahora nos enredamos en cuestiones del palco, sería como volver a restarle protagonismo a los auténticos protagonistas, a la emotividad de una tarde que devolvió la pasión a los tendidos de la mano de una gran corrida de Victorino Martín y tres tíos, en la más amplia acepción viril y torera de la palabra, que hicieron vibrar a una Maestranza hasta ayer dormida, cada uno con sus armas.
Foto cortesía sevillataurina.com
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