Empezamos por la novillada benéfica programada por la comunidad de Coracora, Parinacochas (Ayacucho), organizada por la Comisión pro adquisición de terreno para complejo deportivo del I.E. 24222. Será el domingo 4 de mayo en Acho, que abrirá sus puertas a partir de las 13:00 horas. Se lidiarán 4 novillos de Colorado. El cartel está conformado por los novilleros Fernando Villavicencio e Iván Vela. A propósito, ayer los vimos en la corrida mixta del Torokuna y estaban muy ilusionados de torear esa novillada en Acho.
En tanto que el festejo programado para el 1 de mayo, es el calificado por el periodista Dikey Fernández como “crónica de una pachanga anunciada”. Porque se anuncia como “gran corrida de toros” con un cartel de toreros aficionados y el reglamento de espectáculos taurinos del Rímac señala (articulo 277) que en los espectáculos en que tomen parte aficionados no podrán anunciarse por ningún motivo, en otra forma que no sea becerrada o festival taurino.
En cuanto al ganado, anuncian la ganadería Antaura de Ciro Mares la que además de ser de media casta no ha lidiado nunca en Acho por tanto, según reglamento (artículo 191) no puede lidiarse en plaza de primera categoría en corrida de toros ganado de media casta, sino en novilladas sin picadores.
Estamos a pocos días que se verifiquen los citados festejos y la Municipalidad del Rímac, su consejo taurino (que dijeron iban a sesionar y supervisar el tema taurino todo el año), no dicen nada. Callan en todos los idiomas cuando debieran aclarar las cosas y diferenciarlas, quien lo hace con seriedad y quien no.
LA PREGUNTA: De quién es la responsabilidad entonces, si tanto el propietario de la plaza, la Beneficencia de Lima, arrienda sin importar la calidad de espectáculos desoyendo los consejos del Círculo de Periodistas Taurinos al respecto. Como lo hace la autoridad del Rímac, al dar licencias sin revisar el expediente taurinamente hablando.
LA PREGUNTA: De quién es la responsabilidad entonces, si tanto el propietario de la plaza, la Beneficencia de Lima, arrienda sin importar la calidad de espectáculos desoyendo los consejos del Círculo de Periodistas Taurinos al respecto. Como lo hace la autoridad del Rímac, al dar licencias sin revisar el expediente taurinamente hablando.