A la sombra de la contratación de José Tomas a dos tardes en Madrid, por intromisión en la gestión de la empresa Taurodelta de la comunidad de Madrid, han surgido muchas voces discordantes, no necesariamente en apoyo a la figura, tratada más como divismo, del diestro de Galapagar.
Es así que la sección El Dardo de Mundotoro señala lo actuado por la CM como un “manejo arbitrario” al punto de concluir que “allí donde la propiedad de la plaza es pública, no manda nadie, ni José Tomás, ni Ponce ni El Juli ni Manolete que resucitara”, entendemos que mandan los políticos en buena cuenta.
Por otro lado, el escritor Antonio Burgos apunta en su artículo: “por lo visto que toree José Tomás en Madrid es asunto de alta política, tema de Estado”. Se pregunta si la Junta de Andalucía hiciera lo mismo para que los Canorea contraten a Morante en Sevilla, la que armaría el partido opositor, precisamente el que gobierna la CM. “esto es lo que ha hecho el PP de Madrid con la empresa de Las Ventas para que el personal no se quede sin un torero hasta cierto punto antisistema, que representa todo lo contrario que el PP, pues se declara republicano y no sé cuántas moderneces más”.
Sin embargo, para Mario Juarez en Burladero, “Por una vez, y sin que sirva de precedente, la Comunidad de Madrid ha estado en su sitio. Es decir, defendiendo a sus clientes y contribuyentes, no a sus empresarios” (en esto coincide La Razón) aunque desliza al final que acaso será por las futuras prórrogas, 3 anuales, que la empresa de Madrid deberá pedir a la comunidad. De ahí, sugiere, que lo que antes eran “diferencias insalvables” para Choperita terminaran siendo “pequeños matices”.
Zabala de la Serna acota: “En el fondo subyace un asunto de calado mayor que afecta a todas las plazas de España”. En relación a los concursos subasta que desestabilizan el mercado y hacen “empresarios de cosos relevantes a extrañas gentes que antes o después se presentarán a por Madrid” y que “en las plazas de titularidad pública debería primar la calidad sobre la explotación económica que en otras actividades culturales (cine y teatro) no sólo se perdona, sino que se subvenciona”. De su análisis no excluye la ideología liberal de la presidenta de la CM que “choca con el proyecto de una gestión directa” cambio sustancial en el contrato de la plaza. Pero al final, no le da importancia si “su mediación ha sido clave para que José Tomás esté donde debía estar “.
Injerencia, intromisión, entrometimiento que deriva en un trato lesivo, ofensivo, ultrajante, nocivo para los profesionales perjudicados, los toreros ya contratados en carteles aparentemente cerrados, pues ahora hay que hacer hueco al recién contratado y quien sabe si quitar tal o cual ganado para sus fechas. También para la empresa que ha visto lesionada su libertad de contratar según su parecer y sus números, reflejados en un abono (sustento de la plaza), ingresos de TV y disposición de fechas. Esto último parece que no ha sido tan insalvable y como José Tomás está de moda… Sólo queda por saber: en este juego, quién ha sido “el huevo” y quien “la gallina”.
José Tomás estará en Madrid, sí. Pero no estuvo en Sevilla, ¿estará en Bilbao?.
Es así que la sección El Dardo de Mundotoro señala lo actuado por la CM como un “manejo arbitrario” al punto de concluir que “allí donde la propiedad de la plaza es pública, no manda nadie, ni José Tomás, ni Ponce ni El Juli ni Manolete que resucitara”, entendemos que mandan los políticos en buena cuenta.
Por otro lado, el escritor Antonio Burgos apunta en su artículo: “por lo visto que toree José Tomás en Madrid es asunto de alta política, tema de Estado”. Se pregunta si la Junta de Andalucía hiciera lo mismo para que los Canorea contraten a Morante en Sevilla, la que armaría el partido opositor, precisamente el que gobierna la CM. “esto es lo que ha hecho el PP de Madrid con la empresa de Las Ventas para que el personal no se quede sin un torero hasta cierto punto antisistema, que representa todo lo contrario que el PP, pues se declara republicano y no sé cuántas moderneces más”.
Sin embargo, para Mario Juarez en Burladero, “Por una vez, y sin que sirva de precedente, la Comunidad de Madrid ha estado en su sitio. Es decir, defendiendo a sus clientes y contribuyentes, no a sus empresarios” (en esto coincide La Razón) aunque desliza al final que acaso será por las futuras prórrogas, 3 anuales, que la empresa de Madrid deberá pedir a la comunidad. De ahí, sugiere, que lo que antes eran “diferencias insalvables” para Choperita terminaran siendo “pequeños matices”.
Zabala de la Serna acota: “En el fondo subyace un asunto de calado mayor que afecta a todas las plazas de España”. En relación a los concursos subasta que desestabilizan el mercado y hacen “empresarios de cosos relevantes a extrañas gentes que antes o después se presentarán a por Madrid” y que “en las plazas de titularidad pública debería primar la calidad sobre la explotación económica que en otras actividades culturales (cine y teatro) no sólo se perdona, sino que se subvenciona”. De su análisis no excluye la ideología liberal de la presidenta de la CM que “choca con el proyecto de una gestión directa” cambio sustancial en el contrato de la plaza. Pero al final, no le da importancia si “su mediación ha sido clave para que José Tomás esté donde debía estar “.
Injerencia, intromisión, entrometimiento que deriva en un trato lesivo, ofensivo, ultrajante, nocivo para los profesionales perjudicados, los toreros ya contratados en carteles aparentemente cerrados, pues ahora hay que hacer hueco al recién contratado y quien sabe si quitar tal o cual ganado para sus fechas. También para la empresa que ha visto lesionada su libertad de contratar según su parecer y sus números, reflejados en un abono (sustento de la plaza), ingresos de TV y disposición de fechas. Esto último parece que no ha sido tan insalvable y como José Tomás está de moda… Sólo queda por saber: en este juego, quién ha sido “el huevo” y quien “la gallina”.
José Tomás estará en Madrid, sí. Pero no estuvo en Sevilla, ¿estará en Bilbao?.