Cortó tres orejas y salió a hombros
El diestro peruano Juan Carlos Cubas cortó tres orejas y se llevó el trofeo Escapulario de Oro Virgen de la Asunción del mano a mano que sostuvo con el español Octavio Chacón que se fue de vacío.
Se lidiaron 4 astados de Salamanca (los dos primeros) y San Pedro que, salvo el 1o que manseó, tuvieron bonitas hechuras y contenido que permitió lucimiento de los espadas destacando el 2o, noble con fijeza que metía la cabeza por bajo con transmisión, 3o y 4o nobles algo sosos.
La de hoy en Puente Piedra fue importante por el esfuerzo que pusieron los organizadores de la Asociación de Oyón en Lima para mantener sus tradiciones con un festejo taurino con ganado de casta y un cartel internacional de importancia.
Lo fue también porque el ganado peruano sirvió, 3 de 4 que estén bien presentados y que embistan de acuerdo a sus bonitas hechuras, es de nota.
Y más aún, porque nos dejó ver a un Cubas en sazón, acaso en el mejor momento de su carrera, maduro, con actitud de triunfador toda la tarde, con argumentos y recursos técnicos puestos al servicio de su expresión torera al mejor nivel de artista, reviviéndonos la ilusión del que vimos aquella vez en Acho de novillero.
Cortó una en su primero basado en la variedad con el capote y sobre todo por el manejo de sus muñecas para templar, conducir y vaciar las embestidas de un toro que se entregaba con fijeza en largo y por abajo. Encajado, firme, asentadas las plantas para ligar en un palmo y citando incluso dando el pecho. Mejor composición ofreció por el izquierdo y aunque no fue el mejor pitón del toro los naturales surgieron con cadencia. Duró hasta la zancadilla del toro que lo hizo rodar y lo tuvo a merced. Temimos una cornada pero sólo fue un susto y un revolcón. Se levantó enrabietado y siguió pero el toro se vino a menos. Estocada hasta la gamuza pero desprendida y oreja.
Y como para que nadie dudara de lo que era capaz, se montó en su ambición de triunfo y a buscar las dos de verdad y con verdad. De rodillas las largas cambiadas y luego mecidas verónicas. El toro era serio y bien armado, traía son y el huancaíno lo aprovechó en series por ambas manos que tuvieron entidad, como el inicio torero y toreando, embarcando bien con temple, rodillas en tierra. Le dio importancia y se sintió importante. El público lo sintió porque el puntito de sosería que traía la nobleza del toro la compensó con creces con sus ganas y actitud. Mató mejor que al otro y por arriba. Y fueron dos las que paseó cuando caía la noche.
El gaditano Octavio Chacón sorteó al 1º, el menos lucido por manso que se le iba a tablas. Suave al mover el percal con temple que también imprimió en su muleta pero sin fijarlo en todos los trazos, por lo que se le iba y eso de empezar cada vez impidió la conexión con la gente y otro tanto perjudicó su frialdad.
Mejoró su material con el 3º, otro bonito de San Pedro, con el que estuvo mejor, más suelto y sintiéndose, templó y ligó pero pinchó y se debió conformar con algunas palmas.
FICHA. Puente Piedra, domingo 30 de agosto 2015. Plaza de toros Yawartoro. Se lidiaron astasos de Salamanca 1o y 2o y San Pedro 3o y 4o, destacando todos menos el 1o. Todos pelearon en el caballo. Octavio Chacón (Esp), palmas y palmas. Juan Carlos Cubas (Per), oreja y dos orejas. Destacó a caballo David de la Barra.