Una pena. Me entero hoy por T-7, que el toro indultado en Bogotá el 8 de febrero, y a quien tuvimos la suerte de verlo al día siguiente en su casa, en la finca del maestro Rincón, no pudo conservar su vida. El día que lo vimos tenía dificultades para movilizarse, incluso levantarse. Una pena, repito, porque su bravura tuvo calidad y nobleza. Aquí te ofrecimos imagenes de esa visita... al menos eso nos queda y confío en que el maestro Rincón mantenga productos de esa familia.