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domingo, 22 de marzo de 2009

El toro y el dolor

Del portal Toros.com tomamos esta entrevista realizada en el Diario de Córdoba al veterinario Juan Carlos Illera sobre la percepción del dolor en el toro bravo. No quito ni pongo nada, por interés periodístico te lo dejo, léelo con atención.

"El toro disminuye la percepción de dolor con un mecanismo especial".
20/marzo/2009 RAFAEL DE LA HABA. DIARIO DE CORDOBA
Juan Carlos Illera del Portal, veterinario
Lugar de nacimiento: Madrid.
Fecha: 24 de noviembre de 1958.
Cargo: Profesor titular y director de departamento de Fisiología Animal de la facultad de Veterinaria de la universidad Complutense de Madrid.

Juan Carlos Illera y su equipo han demostrado que el toro siente menos estrés y menos dolor durante la lidia de lo que siempre se ha creído, y eso gracias a un mecanismo especial --a una respuesta hormonal distinta a la de cualquier animal-- que los contrarresta. Illera, que ha recibido críticas, incluso amenazas, de sectores antitaurinos, adelanta en esta entrevista algunas de las claves de su estudio del que hablará mañana en Córdoba, dentro de las jornadas organizadas por la Federación Provincial Taurina.

--¿Cuál ha sido el objeto de su trabajo?
Nuestro trabajo comenzó hace cinco años y lo que queríamos ver han analizado 300 reses en la plaza de Madrid es la capacidad de respuesta del toro de lidia frente al estrés. El trabajo se basa en el estudio endocrino del animal frente al estrés. Es decir, qué hormonas y en qué cantidad se liberan durante una fase de estrés como puede ser la corrida. Entonces, como parte de las hormonas implicadas en el estrés también lo están en el dolor, en intentar paliarlo, abordamos los dos estudios.


--¿Y qué descubrieron?

En cuanto al estrés, lo que hemos visto es que el toro de lidia presenta una glándula adrenal, un sistema endocrino, podríamos decir, diferente a otras especies animales, y que, por tanto, su respuesta es diferente a la de otras especies de ganado vacuno. Un animal frente al estrés libera una cantidad muy grande de hormonas, como puede ser cortisol, para combatirlo. Sin embargo, en el toro de lidia, durante la corrida, por un mecanismo especial que seguimos estudiando, libera hormonas pero no en cantidades como para decir que es una acción antiestrés. Libera menos hormonas durante la lidia que durante el transporte, con lo cual podemos decir que el animal presenta un mecanismo especial de respuesta frente a otras especies, y que el estrés lo sufre más en el traslado en el camión que en el ruedo. Y además, lo que hemos visto también es que se produce una liberación muy grande de betaendorfinas, cuya función es paliar el dolor. Cuantas más endorfinas haya, aumentamos o disminuimos el umbral de dolor. No quiere decir que el animal no tenga dolor, pero sí que así disminuye notablemente la percepción de dolor.



--Por tanto, decir que el toro no sufre dolor en una corrida, es mucho decir, ¿no?
Desde luego yo no puedo asegurar que el toro no sufra, y por una razón: como fisiólogo sí que tengo mecanismos para poder medir el estrés y el dolor, pero para el sufrimiento no tengo ningún mecanismo.


--Lo que sí es cierto es que frente a la idea generalizada, el toro no sufre tanto...
Sí, podríamos decir que no sufre tanto, pero nunca aseverar que no sufre, porque, por supuesto, estoy seguro de que el animal sufre. Lo que tiene este animal es que posee un mecanismo diferente a los demás, que responde rápidamente a ese dolor combatiéndolo, con lo cual el umbral o la sensación de dolor puede ser en un momento, pero posteriormente disminuye notablemente.


---Pues le desmonta usted los argumentos a los antitaurinos...
Eso ya no lo sé. Ahí no me meto (dice sonriendo). Digo eso y mañana estoy recibiendo otra vez correos electrónicos, que algunos hasta amenazaban de muerte. Nosotros no queremos ponernos a favor de unos ni de otros. Yo estoy a favor de la Fiesta, pero no quiere decir que mis estudios vayan encaminados a eso. Nosotros estudiamos el toro por su especialidad, por esa característica especial que tiene de cómo combate el estrés y cómo combate el dolor. Y además estos son estudios preliminares, porque donde se centra la regulación del dolor y el estrés es a nivel cerebral, que es lo que queríamos investigar, pero con las vacas locas , al ser el cerebro un producto MER, no podemos recoger ninguno. Posiblemente, cuando se acabe esta ley empecemos a estudiarlo y veremos qué resultados obtenemos, porque a lo mejor son contrarios. No creo, porque está relacionado con su liberación hormonal. Entonces sí que podríamos asegurar algo más, como que tiene un mecanismo especial a nivel cerebral para regular su propio estrés y su propio dolor, cosa que otros animales no lo tienen.


--Siempre se ha considerado al toro como un animal único, y a partir de este estudio aún más. ¿Cree que su protección solo es posible con la existencia de la Fiesta?
Creo que sí. Si desaparece la Fiesta, esta raza se perdería. Podría existir en algún zoo o en alguna dehesa en la que alguien, por capricho, quisiera tenerlo. Pero vamos, toda la genética y todos los estudios que se están realizando de mejora de este animal..., desaparecería, porque económicamente no tendría ningún sentido. Y a parte de perder el toro perderíamos un montón de otras especies de nuestro hábitat en España, porque gracias al toro de lidia se mantienen cantidad de dehesas donde se conservan muchas especies autóctonas españolas.


--¿Ahora va a estudiar si los toreros también tienen un mecanismo especial para luchar contra el dolor?
Estamos en ello, a ver si los toreros nos dejan poder estudiarles. Más que el dolor, el cómo combaten ellos la situación de estrés de una corrida. Sería analizar la saliva para medir sus niveles hormonales. Parece ser que sí, que ya tenemos algunos toreros dispuestos y posiblemente para finales de año tengamos algún resultado.

--¿Esperaba usted que tuviera tanta repercusión su estudio?
Nunca, estamos asustaditos (dice sonriendo). La verdad es que estamos asustados, aunque ahora ya gracias a Dios no recibimos ningún correo. Cuando salió por primera vez recibí 200 o 300 correos insultando, amenazando, unas cosas que un científico nunca espera leer en esta vida, porque lo que nosotros realmente decimos es que del animal esto es lo que hay. Sirva para una cosa o para otra, eso ya no lo sabemos. Lo que sí podemos decir es que nuestros datos son verdaderos. Yo puedo medio aseverar que el animal tiene un mecanismo especial frente al estrés y el dolor, pero no más. Que haya gente que se lo tome de otra manera para insultarnos, pues tampoco entra dentro de una cabeza razonable.