Me llega al buzón un sesudo comentario al respecto del post publicado ayer "A río revuelto" en el cual damos cuenta de los precios a día de hoy del ganado bravo en el Perú. El sesudo y audaz anónimo señala que por los precios que cobran ahora pareciera que a los bravos los han mantenido y alimentado más de cuatro años en el campo aunque no hay mál que por bien no venga y si la venta de toros les deja tal utilidad en el ejercicio esto provocará o les generará pagar un impuesto a la renta que finalmente llegaría a lo mas pobres, ¿o no?
Aquí yo tengo mis dudas pero... (continúa) de todas maneras sería una saludable sugerencia, que los que hallan comprado toros el año pasado y este año a los ganaderos de toros de "casta" envien al buzón de quejas y sugerencias de la Sunat su denuncia, para que asi de esta manera tambien se beneficien las grandes mayorias y no sea todo como siempre para las pequeñas minorías (los ganaderos).
Aquí yo tengo mis dudas pero... (continúa) de todas maneras sería una saludable sugerencia, que los que hallan comprado toros el año pasado y este año a los ganaderos de toros de "casta" envien al buzón de quejas y sugerencias de la Sunat su denuncia, para que asi de esta manera tambien se beneficien las grandes mayorias y no sea todo como siempre para las pequeñas minorías (los ganaderos).
Lo que está claro es que acciones como las comentadas, de ganarse en tiempos de crísis, no dan buena señal y generan malestares como este. Lo importante es llevar la fiesta (de los toros) en paz y armonía, poniendo el hombro, aportando, ayudando para fortalecerla. No esquilmarla, quienes tienen la sartén por el mango. Hablo de ganaderos y toreros (y sus representantes) en ese orden. Qué duda cabe que si no hay toros, no hay toreros y no hay toreo. No hay fiesta. Pero no hay que abusar... ¿no creen?