Por Víctor Zar G.
“¿Hablamos del Afeitado? Pues hablemos, pero sin pelos en la lengua...
Un libro que todavía no se ha escrito y que se hace necesario es el de la historia del fraude en la Fiesta de los toros (...) Hay mucho desconocimiento al respecto. Se cree que el fraude es un mal de la Fiesta moderna. Nada de eso. Lean y vean...Dejando a un lado todos los tipos de puyas fraudulentas usadas durante todo el siglo XIX y gran parte del XX -que es mucho pasar por alto- y ciñéndonos única y exclusivamente al asunto de los cuernos y ganaderías, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el afeitado tiene una antigüedad centenaria. Cuando en los años cuarenta saltó el escándalo del afeitado y se lo comentaron a Guerrita, éste contestó: “Inocentes. Si llego a durar un par de años más en el toreo dejo a todos los toros mochos” (...) Hablaban los viejos mayorales de una curiosísima forma de afeitar los toros: ¡metiéndolos en el Guadalquivir! Cuando el toro nada, no puede hacer fuerza. Y así se le acercaban en una barca y en medio del río le afeitaban. De esto...¡hace un siglo! (...) En la época de Joselito también cocieron habas...En el cortijo de los “Merinales” se daba “fiesta” a las corridas destinadas a José y Juan, por orden del primero. Gregorio Corrochano se entera y lo publica en ABC con el consiguiente escándalo, y Joselito, para congraciarse con el crítico, acepta torear la corrida de la feria del pueblo de Corrochano: Talavera de la Reina. Lo que pasó después ya lo conocen ustedes. Por cierto, “Bailaor” hoy día no hubiera pasado el reconocimiento de ninguna plaza de pueblo. (...) Curiosamente, el día que saltó el escándalo del afeitado no estaba Manolete en el cartel. Fue durante la Feria de Julio de 1942. Estaban afeitando una corrida del Conde de la Corte en los corrales de la plaza de Valencia cuando de improviso se presentó un comisario de policía que dio publicidad al asunto. La corrida la iban a matar Marcial Lalanda, Pepe Luis Vásquez y Gallito (sobrino de José y Rafael) (...) El afeitado es una fraude. Y una estafa que debe ser combatida. Pero demos ser nosotros, los aficionados, los que lo persigamos...”.
(...págs. 137-139 de “Revisión del Toreo”, Fuentes, Camino y Estilo en el Arte de Torear escrito por DOMINGO DELGADO DE LA CÁMARA. Alianza Editorial SA. Madrid, 2002.)
APUNTE: Cierto es que los aficionados debemos perseguir el fraude y no menos cierto es que de existir -según relata la historia- parte de la voluntad de los diestros y su exposición (voluntaria) ante la muerte ¿o no? Si algo tiene que cambiar debe empezar por ahí. Y el que lo quiera negar, nada sabe o no quiere saber de esto.
“¿Hablamos del Afeitado? Pues hablemos, pero sin pelos en la lengua...
Un libro que todavía no se ha escrito y que se hace necesario es el de la historia del fraude en la Fiesta de los toros (...) Hay mucho desconocimiento al respecto. Se cree que el fraude es un mal de la Fiesta moderna. Nada de eso. Lean y vean...Dejando a un lado todos los tipos de puyas fraudulentas usadas durante todo el siglo XIX y gran parte del XX -que es mucho pasar por alto- y ciñéndonos única y exclusivamente al asunto de los cuernos y ganaderías, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el afeitado tiene una antigüedad centenaria. Cuando en los años cuarenta saltó el escándalo del afeitado y se lo comentaron a Guerrita, éste contestó: “Inocentes. Si llego a durar un par de años más en el toreo dejo a todos los toros mochos” (...) Hablaban los viejos mayorales de una curiosísima forma de afeitar los toros: ¡metiéndolos en el Guadalquivir! Cuando el toro nada, no puede hacer fuerza. Y así se le acercaban en una barca y en medio del río le afeitaban. De esto...¡hace un siglo! (...) En la época de Joselito también cocieron habas...En el cortijo de los “Merinales” se daba “fiesta” a las corridas destinadas a José y Juan, por orden del primero. Gregorio Corrochano se entera y lo publica en ABC con el consiguiente escándalo, y Joselito, para congraciarse con el crítico, acepta torear la corrida de la feria del pueblo de Corrochano: Talavera de la Reina. Lo que pasó después ya lo conocen ustedes. Por cierto, “Bailaor” hoy día no hubiera pasado el reconocimiento de ninguna plaza de pueblo. (...) Curiosamente, el día que saltó el escándalo del afeitado no estaba Manolete en el cartel. Fue durante la Feria de Julio de 1942. Estaban afeitando una corrida del Conde de la Corte en los corrales de la plaza de Valencia cuando de improviso se presentó un comisario de policía que dio publicidad al asunto. La corrida la iban a matar Marcial Lalanda, Pepe Luis Vásquez y Gallito (sobrino de José y Rafael) (...) El afeitado es una fraude. Y una estafa que debe ser combatida. Pero demos ser nosotros, los aficionados, los que lo persigamos...”.
(...págs. 137-139 de “Revisión del Toreo”, Fuentes, Camino y Estilo en el Arte de Torear escrito por DOMINGO DELGADO DE LA CÁMARA. Alianza Editorial SA. Madrid, 2002.)
APUNTE: Cierto es que los aficionados debemos perseguir el fraude y no menos cierto es que de existir -según relata la historia- parte de la voluntad de los diestros y su exposición (voluntaria) ante la muerte ¿o no? Si algo tiene que cambiar debe empezar por ahí. Y el que lo quiera negar, nada sabe o no quiere saber de esto.