Según Zabala de la Serna: Ya está dicho que los juampedros defraudaron. Pero Manzanares también. No se encontró en ningún momento con un lote que no empujó nunca hacia delante. Muchos tirones, poco temple y luces apagadas.
Según Del Moral: sin suerte ni ayer fino aunque excelente matador... A Manzanares le molestó tanto el viento en su primer toro que no halló modo ni manera de centrarse ni de decidirse como lo hubiera hecho en mejores circunstancias. Y con el flojísimo quinto peor porque se eternizó en intentar darle pases sin posibles respuestas. Menos mal que mató de maravilla a los dos, sobre todo al tambaleante segundo al hilo de las tablas.
Y Nacho Gonzáles del ABC apunta: Infumable su lote, ante el que tan sólo pudo dejar goterones de su empaque y personalidad, tumbándolo de sendas estocadas.