miércoles, 18 de agosto de 2010

Juli y Perera a hombros en Dax

Puerta grande para El Juli y Miguel Ángel Perera ayer en Dax. 17 de Agosto, última de feria. Toros de La Quinta, justos de presentación y manejables en su conjunto. El sexto fue premiado con la vuelta al ruedo. CURRO DÍAZ: Ovación con saludos en ambos; EL JULI: Oreja con petición y dos orejas; MIGUEL ÁNGEL PERERA: Oreja y oreja. Entrada: Lleno de No hay billetes.

El Juli" recibió de manera extraordinaria por verónicas rematadas en el centro del ruedo a su primero, luciéndose también por delantales. Con la muleta, toreó muy relajado y gustándose en cada momento. Una labor redonda y perfecta de El Juli y que tras una serie por dosantinas se le concedió el primer trofeo. Al que hizo quinto, Julián le orquestó una extraordinaria labor por ambos pitones. A media distancia logró el madrileño series de derechazos largos y profundos que remató con cambios de mano exquisitos. Con la izquierda llegó lo mejor, arrastrando la muleta, con la mano muy baja tratando y logrando llevar al toro largo. Su labor la coronó con una gran estocada.

Respondió Perera al madrileño con el que cerró la tarde - el mejor de todo el festejo - que tuvo mucha movilidad y eso lo aprovechó el extremeño. Toreó en redondo Perera muy encajado con buenos derechazos. Su labor bajó con la izquierda, a pesar de dejar gustosos naturales. Oreja aunque pudieron ser dos de no haber pinchado. A su primero lo toreó con suavidad. Comenzó por doblones para poco a poco cuajarlo por el pitón derecho con muletazos largos y templados. A pesar de que el toro pedía distancia, Perera finalizó su faena en terrenos de cercanías para lograr su primer trofeo de la tarde.

El que abrió plaza, un toro bajito y de buenas hechuras, resultó deslucido por el lado derecho, donde se acostaba demasiado. Por el pitón izquierdo, Curro Díaz sacó a relucir su tauromaquia y ahí llegó lo mejor del trasteo gracias a varias series de muletazos de mucha plasticidad y naturalidad. A su segundo, un animal con poca raza lo toreó con clase y empaque, sin embargo, la condición del toro no permitió más.
Aplausos