Por Laura Ruiz
Julián Simón se enfrentó a dos novillos mansos, que se rajaron pronto y carecían de clase. El novillero mostró actitud, pero pinchó en ambas ocasiones.
Diego Silveti dio con un lote imposible. Su primero al que recibió bien con el capote, se descoordinó después de ser picado. El novillo acusó su poca fuerza cada vez más, llegando incluso a echarse. Silveti se vio obligado a recurrir a la espada ante la imposibilidad de hacer faena.
Al quinto, un sobrero de Madrid, Silveti lo lanceó bien, sin embargo el novillo sacó genio y acabó manseando. El astado complicó cada vez más la labor del mejicano parándose a media embestida. A pesar de todo Silveti demostró su disposición echándole valor y ganas, aunque no tuvo opción alguna.
Ángel Puerta sorteo el único toro bueno del encierro, un jabonero que fue noble y que se movió. Puerta lo toreó bien por ambos pitones y mató de estocada logrando así dos orejas.
Su primero se rajó muy pronto yéndose a tablas. El novillero no anduvo bien con los aceros. Su labor fue silenciada.
Ficha del festejo. Cerceda (Madrid), domingo 29 de agosto. Novillos de Montealto, de seria presentación, malos en general, salvo el sexto. Un cuarto de plaza. Julián Simón: silencio y silencio; Diego Silveti: palmas y palmas; Ángel Puerta: silencio y dos orejas