martes, 31 de agosto de 2010

T.O: Juan Cubero: “Yiyo ha sido el mejor torero que he visto jamás”.

Por Pedro Abad-Schuster

La emisión de Tendido Cero del sábado 28 de agosto 2010 está en el link: http://www.rtve.es/alacarta/todos/ultimos/dia-3.html#862002

Federico Arnás se encuentra en Bilbao, para la primera parte de la Semana Grande, en una plaza de primerísima categoría donde el toro suele marcar diferencias. Es una afición homogénea para dar sus veredictos. En “De Memoria”, Antonio Ordóñez triunfa en el viejo coso de San Sebastián en 1968. “Lo que tu digas”, pregunta sobre los beneficios – si acaso alguno – que traerá la decisión del Parlamento de Cataluña, en cuanto los aficionados a los toros multiplican en número a los antitautinos. Declaran Roberto Dominguez, El Juli (“que la gente se reivindique por el toreo para defender nuestra cultura”), Manzanares (“hay que cuidar al aficionado”), y Fernando Cepeda (“nos hemos dado cuenta que tenemos que estar todos unidos en especial el sector de los toreros”).

“La Crónica” desde el País Vasco, Plaza de Vista Alegre de Bilbao, inicia con la de rejones; 11,000 espectadores vieron a Hermoso de Mendoza –con su caballo estrella Pirata - y Leonardo Hernández, un mano a mano que sonaba forzado para no dar cabida a Diego Ventura. Al día siguiente, el encierro triunfador de esta Semana Grande, una corrida de imponente trapío de la ganadería de Alcurrucén; el segundo toro cogió por el cuello a Sergio Aguilar, el derrote pudo tener fatales consecuencias; Sergio Aguilar salió de Bilbao dejando la huella del que quiere ser. Luis Bolívar por su parte pudo alcanzar un éxito más resonado, debió rematar su actuación con el 6º. Tuvo notable mérito la actuación, con Fuente Ymbro de Miguel Angel Perera, oreja de peso a su quietud, autoridad y temple. Ese día el mejor fue el 6º de Fuente Ymbro, la actuación de Luque quedó en vuelta al ruedo por la espada. Al día siguiente, el segundo toro de la ganadería de Joselito fue para Sebastián Castella, en faena mecánica, rutinaria, aunque emotiva; Leandro tuvo oportunidad para despegar, sólo cuajó a medias al sexto. Y Morante, un torero de querer y poder, no tuvo los toros de sus compañeros, pero suya fue la tarde con un impecable soporte técnico y un empaque de privilegio, en faenas para verdaderos entendidos. Un clásico en Bilbao, como son los toros más serios de Victorino Martín, corrida de presentación irregular, el 6º dejó palpable su huasa con una gran agilidad de cuello; el toro de la tarde fue el 4º porque tuvo clase y casta en partes iguales y Padilla dio su mejor versión al tomar la muleta con la izquierda con mucha categoría, nueva oreja a Padilla que rara vez falla en este ruedo y ante esta afición. El mayor mérito, sin embargo, lo concentró el riojano Diego Urdiales ante el segundo Victorino en sus manos, en faena muy importante por las formas siempre puras y clásicas, y por el fondo de un torero cuya categoría todavía no encuentra acomodo en los carteles que merece.

Tema central de Tendido Cero es José Cubero Yiyo, hace 25 años, su pasado es un presente vivo, porque hay cosas que la muerte jamás podrá enterrar. Yiyo fue un torero medido, artístico, elegante y privilegiado. Murió con 21 años de edad, no sabemos hasta dónde hubiera podido llegar, tenía todas las cualidades para ser un figurón del toreo y de marcar incluso una época en el toreo. Hoy tendría 46 años. Yiyo compartió cartel con Paquirri y El Soro, el día de la muerte de Paquirri en la Plaza de Pozoblanco, once meses antes del fallecimiento de El Yiyo en circunstancias similares. En agosto de 1984 había hecho su último paseíllo en la plaza de Vista Alegre de Bilbao. Hoy son 25 años de su muerte en Colmenar Viejo (a las puertas de Madrid), el toro le partió el corazón el 30 de agosto de 1985, ocurrió en la hora final de la corrida, cuando con templada lentitud se tiró a matar o morir al sexto, consciente de la importancia de su faena. Un pinchazo precedió a una gran estocada hasta la bola. El toro estaba muerto. Sin embargo, en el último momento, el de Marcos Núñez lo prendió por la espalda y hundió su pitón izquierdo cual puñal, produciendo rotura por asta de toro que provocó una parada cardio respiratoria irreversible. Aquel día Yiyo sustituyó a Curro Romero, con Antoñete y José Luis Palomar en el cartel. La faena fue colosal premiada con dos orejas del toro con 497 kilos, fue una de las mejores de toda su carrera, en la que se vio a un torero cada vez más maduro. En el callejón su hermano Juan Cubero – del grupo mexicano de Tauromagia - le dijo al Yiyo que el maestro Antoñete había estado extraordinario, y respondió que él iba a estar mejor.

Quiso el destino que El Yiyo diera sus primeros pasos como torero en un barrio de Madrid; el niño presentaba síntomas de prodigio. Declara su hermano Juan, que José nació en Burdeos, Francia, le llamaban Joselillo; como espontáneo mató su primer novillo, en un festival en Taberna del Bandiñi, Valencia. Su padre sugirió que llevaran al niño al festival, con un traje campero que heredó de su hermano mayor Juan; el niño hizo un quite extraordinario por chicuelinas, y la gente comenzó a pedir “que lo matara el chiquete” . Desde aquel día no paró de torear. Yiyo está vivo en un rincón repleto de añoranzas, en el Bar Olmedilla, Peña Taurina José Cubero Yiyi. Hoy, muchos niños que juegan en el parque de Canillejas de Madrid , se tropiezan con la escultura del torero. Yiyo. El era a un crack para todo, tanto para estudiar, para montar en bici, para montar a caballo y evidentemente para torear. Nació el día 16 de abril de 1964. Hijo de padre torero y hermano de toreros, Juan y Miguel. Después de matar su primer becerro en Tabernes de Valldigna (Taberna del Bandiñi, Valencia), cuando el público, asombrado por el prodigioso niño torero, le otorgó las dos orejas y el rabo del becerro, un empresario llamado Villar le firmó cinco becerradas en Gandia; y terminado su compromiso, regresó a Madrid en un coche lleno de flores y con 40,000 pesetas. Participó en más de 80 festejos sin caballos, hasta su debut con picadores en San Sebastián de los Reyes, en los alrededores de Madrid, en 1980 donde triunfa las dos tardes que actuó, comenzando así su espectacular escalada como novillero, entre aclamaciones de la afición y alentadoras críticas de la prensa especializada de toda España. La próxima semana Tendido Cero va a estar en Colmenar Viejo. Y le veremos torear.