Hemos tenido esta mañana dos hallazgos. Un blog de la Alcaldesa de Pamplona, http://www.yolandabarcina.com/, y además, un artículo suyo con una cerrada defensa de los toros en su comunidad. Así, bajo el título "Navarra y los toros" deja claro que por encima de prohibiciones está la libertad, precisamente la que" no debería perderse por un simple gesto político". Léelo.
Navarra y los toros
Los medios de comunicación han recogido unas recientes declaraciones mías sobre la fiesta de los toros en las que, a preguntas de los periodistas, me referí a la arraigada tradición taurina existente en Navarra. No debí expresarme adecuadamente pues igual que creo que los toros forman parte de las tradiciones festivas más arraigadas de Navarra, ¡cómo no voy a entender que haya navarros a los que no les guste!
En las últimas semanas nos hemos visto envueltos en el debate: toros sí o toros no. Yo creo que el asunto está mal enfocado y debería ser: libertad sí o libertad no.
Sí en España hemos llegado a que una adolescente de 16 años puede tener la libertad de abortar sin el permiso de sus padres, qué razones pueden esgrimirse para que los ciudadanos no podamos elegir entre ir o no ir a una corrida de toros.
Es verdad que el debate va mucho más allá de una defensa a ultranza de los animales y se ha derivado más a una cuestión política. La mayoría de las fuerzas políticas catalanas, en su afán de alejarse de todo lo genuinamente español, han decidido prohibir las corridas de toros intentando tapar su principal argumento: rechazar todo lo que se identifique claramente con la cultura española.
Los toros son cultura, y forman parte tanto de la historia de España como de la de Navarra. En esta tierra, hablar de toros es hablar de tradición, de costumbre y por qué no, de fiesta. En cualquier rincón de Navarra se celebran actos taurinos. No hay más que acudir estos días a las fiestas de cualquier pueblo de nuestra Comunidad y darse cuenta de lo arraigada que está aquí esta legendaria tradición.
Yo por supuesto que defiendo las corridas de toros, pero lo que también defiendo es el respeto hacía las personas que libremente opinan lo contario y toman la decisión de no acudir a ellas. Tengo un buen amigo que no está de acuerdo con las corridas de toros, pero los dos coincidimos en que cada uno debemos tener la posibilidad de poder elegir.
La libertad, que es el bien más preciado que tiene el ser humano, no debería perderse por un simple gesto político. Todos, desde nuestras diferentes posturas y visiones, deberíamos ser capaces de respetarnos y defender la elección de poder acudir o no a un espectáculo que ha traspasado nuestras fronteras y del que muchos estamos muy orgullosos.
Navarra y los toros
Los medios de comunicación han recogido unas recientes declaraciones mías sobre la fiesta de los toros en las que, a preguntas de los periodistas, me referí a la arraigada tradición taurina existente en Navarra. No debí expresarme adecuadamente pues igual que creo que los toros forman parte de las tradiciones festivas más arraigadas de Navarra, ¡cómo no voy a entender que haya navarros a los que no les guste!
En las últimas semanas nos hemos visto envueltos en el debate: toros sí o toros no. Yo creo que el asunto está mal enfocado y debería ser: libertad sí o libertad no.
Sí en España hemos llegado a que una adolescente de 16 años puede tener la libertad de abortar sin el permiso de sus padres, qué razones pueden esgrimirse para que los ciudadanos no podamos elegir entre ir o no ir a una corrida de toros.
Es verdad que el debate va mucho más allá de una defensa a ultranza de los animales y se ha derivado más a una cuestión política. La mayoría de las fuerzas políticas catalanas, en su afán de alejarse de todo lo genuinamente español, han decidido prohibir las corridas de toros intentando tapar su principal argumento: rechazar todo lo que se identifique claramente con la cultura española.
Los toros son cultura, y forman parte tanto de la historia de España como de la de Navarra. En esta tierra, hablar de toros es hablar de tradición, de costumbre y por qué no, de fiesta. En cualquier rincón de Navarra se celebran actos taurinos. No hay más que acudir estos días a las fiestas de cualquier pueblo de nuestra Comunidad y darse cuenta de lo arraigada que está aquí esta legendaria tradición.
Yo por supuesto que defiendo las corridas de toros, pero lo que también defiendo es el respeto hacía las personas que libremente opinan lo contario y toman la decisión de no acudir a ellas. Tengo un buen amigo que no está de acuerdo con las corridas de toros, pero los dos coincidimos en que cada uno debemos tener la posibilidad de poder elegir.
La libertad, que es el bien más preciado que tiene el ser humano, no debería perderse por un simple gesto político. Todos, desde nuestras diferentes posturas y visiones, deberíamos ser capaces de respetarnos y defender la elección de poder acudir o no a un espectáculo que ha traspasado nuestras fronteras y del que muchos estamos muy orgullosos.