Por Pedro Abad-Schuster
Viví en los Estados Unidos por 22 años, hasta el año pasado que he regresado a mis orígenes del inigualable Perú. Las corridas a la portuguesa ya se dan desde hace años en el Norte de California, cerca de San Francisco. Son las comunidades de portugueses quienes en la misma zona tienen ganaderías de toros de lidia para estos festejos, los que se dan en Artesia (zona de Los Angeles) y más al norte en todo el Valle de San Joaquín, como Thornton, Tracy, Turlock, Gustine, Stevenson, Lathon, Tulare. El norte de California es fascinante – con San Francisco siendo la segunda ciudad más visitada por el turismo mundial, después de Sidney. Y el Estado de California es la sexta economía más grande del mundo (si fuese considerada como un país).
Si uno se traslada desde la insuperable Guadalajara hasta Tijuana, entonces puede ingresar a los Estados Unidos desde San Diego (“la ciudad más fina de América), para de allí trasladarse muy fácilmente a Los Angeles. Ésta sí es la ciudad con más mexicanos en el mundo entero, después de la ciudad de México. Más al norte se encuentra Santa Barbara y continuando el viaje se llega al Bay Area – San Jose, Palo Alto (con la Universidad de Stanford donde enseña Alejandro Toledo – y San Francisco y Oakland. Es a partir de esta experiencia de los portugueses de organizar “corridas a la portuguesa” en la zona de la Gran Bahía de San Francisco, desde hace muchos años, que Don Bull llevó desde el año pasado estas corridas (sin sangre, a la portuguesa o bloodless) a la cercana Las Vegas (a 3 horas de Los Angeles, por carretera). La llamada “ciudad del juego”es impresionante, es el lugar del país en donde sí se encuentra trabajo, hay muchos desarrollos inmobiliarios, aunque hay que acostumbrarse al clima del desierto. A diario aterrizan decenas de aviones particulares con personas acaudaladas que van a los casinos, grandes hoteles, espectáculos, restaurantes y diversión. Ahora se ha incorporado al circuito turístico la zona del Downtown, es decir el Centro Histórico de Las Vegas, con la famosa avenida Fairmont exclusiva para peatones, llena de hoteles con casinos, con los famosos buffets marinos de “all you can eat” por menos de 10 dólares.
El plan de Don Bull, que no es otra cosa que la difusión de la Fiesta Brava “light” en el país norteamericano, incorpora sin duda las ciudades de Texas; allí ya se dan de manera masiva los rodeos, y el habla hispana está por todos los lugares. Inclusive la música mexicana tiene notable influencia, de la cual Selena fue la abanderada. Carolina del Sur sí es una novedad, porque este estado es más americano - tipo provinciano -, inclusive la manera de hablar aquí es con un dejo muy particular. Vecino está Chicago, “la ciudad de los vientos”, una Nueva York en pequeño pero más amigable. Difundir los toros en Chicago ya son palabras mayores. Denver (Colorado) es el lugar para esquiar sobre nieve y está en altura. Quien escribe esto, tomé el tren desde la costa de Oregon en Portland hasta Denver (pasando por la zona de los cowboys de Montana), mitad del camino hasta Chicago. La reacción de Denver al proyecto de Don Bull, me parece es impredecible.
Y conquistar los 20 millones de personas de New York a los toros es lo sensacional del proyecto, porque representa el Este del país, la ciudad de Frank Sinatra, frente a Los Angeles que representa el Oeste del país, que es más mexicano. Aquí en Nueva York City – y zonas aledañas como la cercanísima New Jersey (con Union City y Patterson llena de hispanos, como los peruanos, ecuatorianos, colombianos, cubanos, brasileños, portorriqueños, dominicanos, salvadoreños), Don Bull apuesta en grande. La “capítal financiera del mundo”, o la llamada “Gran Manzana” (Big Apple) alberga el trabajo de gente de más de 150 países en sus 6 boroughs, como lo son Manhattan (la de los rascacielos), Brooklyn, Bronx, Queens, la propia Ciudad de Nueva York y la playa de Staten Island. Conquistar New York, popularizar las corridas en este lugar, tendrá un efecto multiplicador impredecible de difusión del toreo y los toros de lidia en el mundo entero. Factor fundamental serán las grandes figuras del toreo, quienes no deberían discriminar torear en USA por aquello de que “no es a la española”, pues al torear en USA estarían atacando el punto débil de la Fiesta, que es la falta de promoción y difusión, aunque sea a la portuguesa. La zona excluida por Don Bull es Orlando, Florida; me parece que tranquilamente podría incorporarla y con éxito, aprovechando ese fenómeno de la infraestructura de Disney y todo el movimiento turístico que genera.