La corrida inaugural de ayer domingo 25 de octubre 2009 en la plaza el Nuevo Progreso de Guadalajara ha resultado todo un éxito en lo taurino, dado los momentos apasionantes que se han vivido en las tribunas producto de las formas artísticas y valientes ocurridas en la arena y de una corrida que rebasó lo presentable por ser un encierro impecable de hechuras. Atestiguamos, un Eulalio López "Zotoluco" en la cumbre del torero maestro, que fue demandado al límite por la afición y al final aclamado con gritos de "¡Torero, torero!", tras patentar su sapiencia en el ruedo.
También se observó al galo, Sebastián Castella, en su expresión artística que simpatizó a la afición y que ganó gran parte de las palmas las cuales le otorgaron la oreja de la tarde. Y finalizó Arturo Macías, quien a pesar del escaso juego de su lote, apuntó nuevamente su coraje y entrega pese a las adversidades del ganado. Para él fue una tarde sin suerte. Muy buena entrada en el Nuevo Progreso de Guadalajara, ambiente bonito previo a la corrida y más desbordante dentro del coso. La tarde se embelleció con la obra pictórica que el artista Andrés Mérida plasmó en la arena del ruedo, huella indeleble que ahí quedó en la retina de los presentes; luego del paseíllo, autoridades municipales del estado le otorgaron un merecido reconocimiento al pintor. También se le rindió un minuto de silencio al ganadero de San Joaquín, Javier Barbosa, fallecido. El clima, de lo mejor, no obstante del frente frío que se anunció iba a entrar.
Se lidió un encierro de San Miguel de Mimiahuapam, propiedad del licenciado don Alberto Bailleres, excelentemente presentado, impecable de hechuras y que, como se informó, rebasó la media tonelada en promedio. Acudieron muy bien al castigo del varilarguero y para la muleta se dejaron meter mano, aunque algunos con ciertas complicaciones. Sin embargo, de haber matado bien a los segundo, cuarto y quinto, les hubieran cortado un ramillete de orejas y por ahí hasta el rabo. Y el lidiado en cuarto lugar fue aplaudido en el arrastre, por sus buenas condiciones.
"Zotoluco" volvió a mostrar su condición de figura del toreo y por ende la gente le exige al límite y no le perdona un solo error. Así es la condición de las figuras cuando cobran lo que valen, ya que el público desea verlos siempre bien, no importando las condiciones de los toros. Esta tarde, la bonita gente de Guadalajara no estuvo contenta con "Zotoluco" en su primer astado y aunque el diestro elaboró un trasteo con base en consentir al toro para someterlo, la afición pedía más y no se conformó absolutamente con nada; Eulalio, siempre obligado al límite en este coso, echó mano de su maestría y extrajo soberbios muletazos que al final cambiaron la crítica por las aclamaciones. Ya tenía todo en la canasta, toro y público, lástima que, como ya se le está haciendo costumbre, pinchó al toro y se retiró ante la indiferencia del público. Pero salió su segundo de la tarde, otro astado muy bien presentado, al cual veroniqueó con soltura y bregó con chicuelinas andantes al castigo. El toro tenía sus complicaciones, sin embargo, el diestro descifró las interrogantes de su oponente y lo terminó lidiando magistralmente, sometiéndolo al engaño y corriéndole la mano por ambos lados con mucha largura, sobre todo destacaron varias tandas de naturales en donde el diestro escuchó gritos de "¡Torero, torero!", concluyendo así que el diestro llevó una tarde a más y que convenció. Apenas terminaba el paso doble, "Ermundo", el diestro se dispuso a matar y no encontró más que hueso, dejando ir así los máximos trofeos. Aplausos al toro en el arrastre y fuerte ovación con dianas en las alturas al matador, quien se despidió de Guadalajara en los tercios del ruedo.
Castella está convertido en un gran artista del toreo, aunque en esta tarde se topó con un Arturo Macías que prácticamente le dijo: "Esta es mi fiesta". Y es que en el primer toro de Castella, tras ponerlo al caballo dos veces y como dicta la tradición, el siguiente alternante tuvo que hacer quite. En este caso fue el turno de Macías, quien tras el segundo castigo del burel, se echó la capa a la espalda y quitó por gaoneras con verdadera exposición, que le fueron coreadas con furia. Castella no se quedó mirando y retrucó por chicuelinas no aptas para cardiacos, que de igual forma le fueron ovacionadas. Al final, ambos diestros cruzaron miradas que se asemejaron a puñales filosos. Ante un toro con ciertas complicaciones, Castella tuvo pases de mérito, sin redondear ni ligar una serie por los derrotes que el toro le pegaba en la muleta, sin embargo, el público todo le aplaudió al torero francés, dejando a lado las exigencias de esta plaza. Media estocada que bastó y petición de oreja que acertadamente no concede el juez, dado lo estricto que es. La gente le pidió a Castella con las palmas salir al tercio, pero se hizo el sordo y no salió. Ante su segundo, el diestro galo mostró su coraje y entrega sin límite y se impuso a un toro que le pidió su carnet de matador y lo ligó de muy buena manera por ambos lados, al son de la Virgen de la Macarena. Al final, dejó media estocada que no bastó y concluyó de descabello y aunque se tardó en terminar con la vida de su oponente, el juez se quedó dormido y no sonó el primer aviso. Luego la autoridad se doblegó y a petición del público regaló una oreja. ¿Pues no que muy estricto? Castella dejó la oreja con la cuadrilla dado la división de opiniones.
Desafortunadamente el matador Arturo Macías no tuvo mucha tela de donde echar mano, sin embargo, queda para la retina del espectador la entrega sin igual del torero y las ganas desmedidas de triunfar. Arturo es un torero que ha dado mucha valía para el torero mexicano y esta tarde no mancha de ninguna manera su paso. Al final del festejo hablamos con el torero y prácticamente tenía la quijada trabada de coraje, por no haber podido triunfar y dijo: "El toreo no es de una sola tarde; en Aguascalientes nos vemos y ahí espero que todo sea diferente".
http://www.artetoreo.com/wp-content/uploads/2009/10/guadalajara.jpg
Fuente: Diario Esto OEM. Por Miguel Angel García
También se observó al galo, Sebastián Castella, en su expresión artística que simpatizó a la afición y que ganó gran parte de las palmas las cuales le otorgaron la oreja de la tarde. Y finalizó Arturo Macías, quien a pesar del escaso juego de su lote, apuntó nuevamente su coraje y entrega pese a las adversidades del ganado. Para él fue una tarde sin suerte. Muy buena entrada en el Nuevo Progreso de Guadalajara, ambiente bonito previo a la corrida y más desbordante dentro del coso. La tarde se embelleció con la obra pictórica que el artista Andrés Mérida plasmó en la arena del ruedo, huella indeleble que ahí quedó en la retina de los presentes; luego del paseíllo, autoridades municipales del estado le otorgaron un merecido reconocimiento al pintor. También se le rindió un minuto de silencio al ganadero de San Joaquín, Javier Barbosa, fallecido. El clima, de lo mejor, no obstante del frente frío que se anunció iba a entrar.
Se lidió un encierro de San Miguel de Mimiahuapam, propiedad del licenciado don Alberto Bailleres, excelentemente presentado, impecable de hechuras y que, como se informó, rebasó la media tonelada en promedio. Acudieron muy bien al castigo del varilarguero y para la muleta se dejaron meter mano, aunque algunos con ciertas complicaciones. Sin embargo, de haber matado bien a los segundo, cuarto y quinto, les hubieran cortado un ramillete de orejas y por ahí hasta el rabo. Y el lidiado en cuarto lugar fue aplaudido en el arrastre, por sus buenas condiciones.
"Zotoluco" volvió a mostrar su condición de figura del toreo y por ende la gente le exige al límite y no le perdona un solo error. Así es la condición de las figuras cuando cobran lo que valen, ya que el público desea verlos siempre bien, no importando las condiciones de los toros. Esta tarde, la bonita gente de Guadalajara no estuvo contenta con "Zotoluco" en su primer astado y aunque el diestro elaboró un trasteo con base en consentir al toro para someterlo, la afición pedía más y no se conformó absolutamente con nada; Eulalio, siempre obligado al límite en este coso, echó mano de su maestría y extrajo soberbios muletazos que al final cambiaron la crítica por las aclamaciones. Ya tenía todo en la canasta, toro y público, lástima que, como ya se le está haciendo costumbre, pinchó al toro y se retiró ante la indiferencia del público. Pero salió su segundo de la tarde, otro astado muy bien presentado, al cual veroniqueó con soltura y bregó con chicuelinas andantes al castigo. El toro tenía sus complicaciones, sin embargo, el diestro descifró las interrogantes de su oponente y lo terminó lidiando magistralmente, sometiéndolo al engaño y corriéndole la mano por ambos lados con mucha largura, sobre todo destacaron varias tandas de naturales en donde el diestro escuchó gritos de "¡Torero, torero!", concluyendo así que el diestro llevó una tarde a más y que convenció. Apenas terminaba el paso doble, "Ermundo", el diestro se dispuso a matar y no encontró más que hueso, dejando ir así los máximos trofeos. Aplausos al toro en el arrastre y fuerte ovación con dianas en las alturas al matador, quien se despidió de Guadalajara en los tercios del ruedo.
Castella está convertido en un gran artista del toreo, aunque en esta tarde se topó con un Arturo Macías que prácticamente le dijo: "Esta es mi fiesta". Y es que en el primer toro de Castella, tras ponerlo al caballo dos veces y como dicta la tradición, el siguiente alternante tuvo que hacer quite. En este caso fue el turno de Macías, quien tras el segundo castigo del burel, se echó la capa a la espalda y quitó por gaoneras con verdadera exposición, que le fueron coreadas con furia. Castella no se quedó mirando y retrucó por chicuelinas no aptas para cardiacos, que de igual forma le fueron ovacionadas. Al final, ambos diestros cruzaron miradas que se asemejaron a puñales filosos. Ante un toro con ciertas complicaciones, Castella tuvo pases de mérito, sin redondear ni ligar una serie por los derrotes que el toro le pegaba en la muleta, sin embargo, el público todo le aplaudió al torero francés, dejando a lado las exigencias de esta plaza. Media estocada que bastó y petición de oreja que acertadamente no concede el juez, dado lo estricto que es. La gente le pidió a Castella con las palmas salir al tercio, pero se hizo el sordo y no salió. Ante su segundo, el diestro galo mostró su coraje y entrega sin límite y se impuso a un toro que le pidió su carnet de matador y lo ligó de muy buena manera por ambos lados, al son de la Virgen de la Macarena. Al final, dejó media estocada que no bastó y concluyó de descabello y aunque se tardó en terminar con la vida de su oponente, el juez se quedó dormido y no sonó el primer aviso. Luego la autoridad se doblegó y a petición del público regaló una oreja. ¿Pues no que muy estricto? Castella dejó la oreja con la cuadrilla dado la división de opiniones.
Desafortunadamente el matador Arturo Macías no tuvo mucha tela de donde echar mano, sin embargo, queda para la retina del espectador la entrega sin igual del torero y las ganas desmedidas de triunfar. Arturo es un torero que ha dado mucha valía para el torero mexicano y esta tarde no mancha de ninguna manera su paso. Al final del festejo hablamos con el torero y prácticamente tenía la quijada trabada de coraje, por no haber podido triunfar y dijo: "El toreo no es de una sola tarde; en Aguascalientes nos vemos y ahí espero que todo sea diferente".
http://www.artetoreo.com/wp-content/uploads/2009/10/guadalajara.jpg
Fuente: Diario Esto OEM. Por Miguel Angel García
