La Pincelada del director: "Dos cumbres del manzanarismo"
" El toreo levantado en armas frente al palco de Zaragoza… Así arrancó la semana. La tele multiplica por mucho, lo bueno y lo malo, y el pueblo a punto estuvo de asaltar el palacio de los zares o ese era el ambiente. A lo del palco no le doy mayor importancia una vez pasado el calentón, al fin y a la postre todos sabemos cómo ha estado Manzanares, exactamente por encima de las orejas, instalado en el olimpo del toreo actual donde ya se le esperaba.
Pocas horas después en Valencia lo bordó de nuevo. Para evitar dudas. Ya sé que fue un festival pero también en los festivales se gana el corazón de las gentes. Hay decenas de casos en la historia grande del toreo. Ahora mismo me viene a la cabeza aquella aparición fulgurante de El Puno en Madrid o la de Joselito en la misma plaza, en aquel festival que estaba abocado a convertirse en palanca potenciadora de una reaparición de Manuel Benítez antes de que se liase en todas aquellas idas y vueltas de su última etapa tan poco acorde con el mejor Benítez.
Lo recuerdo perfectamente, con Julio Iglesias en su mayor esplendor en una barrera para darle proyección social e internacional a la vuelta del amigo y dos de Núñez, su ganadería predilecta, esperando en los chiqueros. Eligió Benítez que para eso los había traído y porque era Benítez, para qué andar con rodeos ni remilgos. Y el destino, no me hagan decir que afortunadamente, decidió que Benítez fallase en la elección y tuviese que seguir en el retiro dorado de su Córdoba mientras los aficionados ganábamos un nuevo gran torero, Joselito, que se topó con un núñez de los de un tranco más para hacer bueno el adagio que asegura que todos los grandes tienen un núñez clave en su vida. Ese fue su lanzamiento, para que luego se ningunee a los festivales."
Pocas horas después en Valencia lo bordó de nuevo. Para evitar dudas. Ya sé que fue un festival pero también en los festivales se gana el corazón de las gentes. Hay decenas de casos en la historia grande del toreo. Ahora mismo me viene a la cabeza aquella aparición fulgurante de El Puno en Madrid o la de Joselito en la misma plaza, en aquel festival que estaba abocado a convertirse en palanca potenciadora de una reaparición de Manuel Benítez antes de que se liase en todas aquellas idas y vueltas de su última etapa tan poco acorde con el mejor Benítez.
Lo recuerdo perfectamente, con Julio Iglesias en su mayor esplendor en una barrera para darle proyección social e internacional a la vuelta del amigo y dos de Núñez, su ganadería predilecta, esperando en los chiqueros. Eligió Benítez que para eso los había traído y porque era Benítez, para qué andar con rodeos ni remilgos. Y el destino, no me hagan decir que afortunadamente, decidió que Benítez fallase en la elección y tuviese que seguir en el retiro dorado de su Córdoba mientras los aficionados ganábamos un nuevo gran torero, Joselito, que se topó con un núñez de los de un tranco más para hacer bueno el adagio que asegura que todos los grandes tienen un núñez clave en su vida. Ese fue su lanzamiento, para que luego se ningunee a los festivales."