"cuando el de las patas negras carece de bravura, y además no infunde respeto, la emoción del toreo es aparente.... ¿por qué no eligió José Tomás una corrida más hecha, y de una ganadería encastada?... no se escuchó el olé dramático y profundo que sale de las entrañas, no obstante que los dos toros le levantaron los pies de la arena. Y se los levantaron por sendos errores, primero de colocación, en unas ajustadas manoletinas en las que citó atravesado, dándole unas ventajas incomprensibles al toro. Y después, simplemente porque el cuarto se le acostó un poco al no ir embebido en los vuelos de la muleta, en la dejadez del "no toque" del que gusta tanto".