Por David Boddiger, publicado en HOY, 26 de enero, 2009
Hay pocas personas capaces de enfrentar cara a cara a un toro bravío, frente a miles de espectadores. Pero son aun menos quienes lo hacen y además llegan a los más altos niveles como el torero portugués Víctor Mendes.
Como dice él mismo: "Alcanzar tanto nivel es un milagro".Este fin de semana el premiado matador fue invitado especial del Club Taurino de Chicago para celebrar las séptimas Jornadas Taurinas Norteamericanas.
Quienes asistieron a su presentación, el sábado pasado en el Instituto Cervantes, escucharon a Mendes contar su historia de torero que empezó en los años setenta en Portugal y terminó dos décadas después, cuando se retiró como una figura conocida en el mundo entero.
"Para mí la muerte da sentido a la vida", expresó el matador. "Yo no he estado nunca en el mundo de los toros pensando en la muerte. Yo he estado en el mundo de los toros para poder disfrutar de la vida, para poder realizarme, para poder sentir lo que yo verdaderamente quería ser", relató Mendes, de 50 años.
"El maestro Mendes era uno de los mejores banderilleros en el mundo", dijo Luz Cannon, una de las organizadores del evento. "Era tan elegante, como si estuviera bailando ballet".Este mes anunció que es el nuevo apoderado de Sebastián Palomo, hijo de Palomo Linares, quien fuera padrino de Mendes.
"No puede quedarse en la casa dos días sin estar con los toros. Se vuelve loco", contó Helena Ribeiro, su esposa.•
Hay pocas personas capaces de enfrentar cara a cara a un toro bravío, frente a miles de espectadores. Pero son aun menos quienes lo hacen y además llegan a los más altos niveles como el torero portugués Víctor Mendes.
Como dice él mismo: "Alcanzar tanto nivel es un milagro".Este fin de semana el premiado matador fue invitado especial del Club Taurino de Chicago para celebrar las séptimas Jornadas Taurinas Norteamericanas.
Quienes asistieron a su presentación, el sábado pasado en el Instituto Cervantes, escucharon a Mendes contar su historia de torero que empezó en los años setenta en Portugal y terminó dos décadas después, cuando se retiró como una figura conocida en el mundo entero.
"Para mí la muerte da sentido a la vida", expresó el matador. "Yo no he estado nunca en el mundo de los toros pensando en la muerte. Yo he estado en el mundo de los toros para poder disfrutar de la vida, para poder realizarme, para poder sentir lo que yo verdaderamente quería ser", relató Mendes, de 50 años.
"El maestro Mendes era uno de los mejores banderilleros en el mundo", dijo Luz Cannon, una de las organizadores del evento. "Era tan elegante, como si estuviera bailando ballet".Este mes anunció que es el nuevo apoderado de Sebastián Palomo, hijo de Palomo Linares, quien fuera padrino de Mendes.
"No puede quedarse en la casa dos días sin estar con los toros. Se vuelve loco", contó Helena Ribeiro, su esposa.•