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En la página taurina del diario Expreso publicada ayer se señala que la empresa ecuatoriana gestora de la plaza de toros de Acho en Lima enfrentaría la ejecución de la carta fianza de parte de la propietaria la Beneficencia de Lima, misma que vence el 31 de diciembre.
Según el autor de la nota, el administrador de la empresa John Rojas se reunió con el presidente de la Beneficencia y otros funcionarios el pasado lunes 14 de diciembre para decirles que “están terminando de hacer sus cuentas de la feria y pagar sus impuestos, documentos que llevará a Ecuador y que estará de regreso el 29 próximo”.
Sin embargo, Expreso indica que “la Beneficencia ha tomado sus precauciones y hace días hizo el requerimiento para ejecutar la fianza”.
Citotusa ha gestionado la feria limeña los años 2014 y 2015 en los que habría perdido cerca al millón y medio de dólares debido una inadecuada gestión según Expreso, “por hacer las cosas a última hora. Hicieron el ademán de irse en julio pasado y se demoraron hasta septiembre para abrir el abono, contratar toreros, comprar toros, ver el avión para traer los toros, etc. y el resultado fue pagar todo esto en exceso. La factura fue bastante grande” señalan.
Agrega que además del arrendamiento de Acho, el cual estaría cancelado en lo correspondiente al presente año, resta a la empresa Citotusa cumplir con los pagos de las multas impuestas por la Municipalidad del Rímac durante el desarrollo de la pasada feria por “no pintar la plaza, que fue una falta de respeto al monumento histórico y a la afición; otra multa fue por no tener el parte médico de la ausencia de Perera; por dos subalternos, Ricardo Ramos “Loro” y Ronald Sánchez, que alteraron el orden de lidia; y, por último, una multa de S/. 189,000 por no haber inscrito la ganadería Barro Blanco de procedencia colombiana en el festival del 6 de diciembre, en donde Citotusa era parte de la organización según contrato con la SBLM”.
El caso es que a la fecha muchos son los comentarios que inundan el cotarro taurino limeño. Unos señalan que hoy estaría entregando la plaza a su propietaria en tanto que otros señalan que no, que se quedan en gestión hasta el 2020, como firmaron en el contrato del año pasado.
Acho cierra la temporada con total incertidumbre sobre su futuro en el cual es inminente la
celebración de su 250 cumpleaños el próximo 30 de enero y que al parecer pasará en blanco y sin celebraciones, ante el mutismo cómplice de la Beneficencia de Lima a la que, de darse la salida de los ecuatorianos de Acho, toca poner las barbas en remojo y entender que Acho está sobrevalorada si se concesiona por tres meses al año para la feria taurina, y replantear sus condiciones económicas y de los otros beneficios que pide (como la cantidad de abonos), para un coso que apenas afora menos de media plaza en promedio debido al elevado costo del espectáculo, en el cual Beneficencia y la carga impositiva tienen mucho que ver.