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El matador de toros
sevillano Daniel Luque llegó tarde anoche en vuelo de itinerario que lo trajo
de Ecuador donde toreó el fin de semana pasado y estuvo todos estos días
haciendo campo. Lo esperamos y lo
abordamos a su llegada al hotel para robarle algunas declaraciones antes que
suba a su habitación a descansar y gentilmente nos atendió.
La referencia obligada,
recordarle que la afición de Lima lo
espera siendo como es un triunfador de esta feria pues ostenta un Escapulario de
Oro en su haber, del año
2012: “Es un plaza y una afición que me gusta mucho, venimos con una responsabilidad grande porque es un trofeo muy cotizado, tengo uno en mi casa y ojalá que pueda conseguir otro”.
Sobre la temporada acota
que “este año ha sido para mi muy importante y he podido disfrutar en muhcas
ferias y en muchos toros y la suerte en el sorteo me ha cambiado también y así
parece que todo cambia, lo que sí es importante es la evolución en mi toreo y
en todo, y cuando se evoluciona personal y profesionalmente avanzas en todo”.
Nos cuenta del cierre de
temporada con la encerrona de Zaragoza lo califica como “la guinda, era una
tarde de mucha responsabilidad pero a la vez estaba tranquilo porque me encontraba
en el mejor momento de mi carrera y lo disfruté mucho, especialmente ese primer
toro de Bañuelos, ha sido de las tardes importantes de mi carrera”.
Lleva una campaña
americana irreprochable, un rabo en Guadalajara, tres orejas en Riobamba y
espera que no se corte la racha en Lima.
Confiesa no saber nada de cómo sale el toro de Achury: “El toro es
imprevisible, para qué te vas a preocupar de cómo va a salir, la buena no
embiste, la mala embisten tres y al final no sabes… es confiar en uno mismo y
pa´lante”. Trasunta confianza y
seguridad en su capacidad para resolver: “Hombre, llevo mis toros toreados,
ocho temporadas, y quieras que no la madurez y la capacidad pone a cada uno en
su sitio”. Con eso nos quedamos.