El maestro Enrique Ponce y el francés Sebastián Castella salieron a hombros por la puerta grande de la plaza de toros más antigua de América, la de Acho, con argumentos diversos pero siempre arropados por la afición. El peruano Alfonso de Lima se fue de vacío en tarde que mostró entrega y actitud para triunfar. El encierro de Roberto Puga volvió por la senda de la buena presentación y del triunfo que es lo más importante.
La corrida empezó con el remiendo de Santa Rosa de Lima que no tuvo recorrido y al que Enrique Ponce, a pesar de emplearse con son por verónicas, no quiso verlo después y abrevio entre algunas protestas, mismas que cambió en el 4º por palmas, gritos de ¡torero-torero! y una puerta grande de esas que tienen denominación de origen.
Triunfo grande de el de Chiva que meció el capote por verónicas al buen Furtivo No. 81 con 482 kilos, que sin ser tonto, porque al final del muletazo protestaba un poco, se entregó al conjuro del temple maestro del valenciano que lo hizo ir a más y más, noble y por abajo, surgiendo las tandas empacadas de torería y plasticidad. Faena larga, larguísima, toda en Sol, donde enloquecidos rebotaban de los asientos tras cada serie. Estocada arriba y entera por la que cobró doble trofeo. Agradeció, como en el brindis, al cielo, suponemos que al maestro Manzanares. ¡Ponce quédate 30 años más! Dijo un aplaudido bocinazo.
Sebastián Castella cortó oreja a cada uno de su lote por lo que su salida a hombros se me antoja de diferente, o menor, calado que el de Ponce. Patente se queda en la arena del Rímac su entrega mahiestática en muleta, así como el buen uso del capote. Con su primero la faena fue denominación de origen, cambiados y varios, que encendieron al público que se puso de pie. Luego destacó su toreo por derecha, con muchas pausas, ante un toro que tuvo poca fuerza y nobleza. La petición fue leve pero atendida. Oreja.
Con el otro el francés redondeó su tarde. Difícil papeleta tras la rotundidad de Ponce pero consiguió meter al público en su muleta a Revoltoso que fue flojito y al que administró pausas y alturas pero que trasteó despegado hasta mediada faena en que se ciñó y resultaron lo mejor, una serie de naturales profundos. Espada trasera, tendida y algo desprendida que le valió otra oreja y acompañar a Ponce en la salida.
Alfonso de Lima tuvo buen lote, lució variado de capa y con gran actitud de triunfar. En su primero se empleó en un torero inicio por bajo a los medios y allí construyó una faena ligada en un palmo que tuvo su punto más alto en los circulares. Acaso se pasó de faena y tras envasar la espada la cosa quedó en palmas. Con el otro, último de la tarde, que salió con son y entrega, lo toreó vistoso de capa, se subió al caballo a picar y bajó para quitar por delantales. En muleta imprimió temple y ligazón, entregó la espada entera pero debió descabellar y el premio se diluyó a sólo una vuelta al ruedo.
FICHA. Domingo 9 de noviembre del 2014. Plaza de toros de Acho. En tarde con sol y algo menos de tres cuartos de entrada se lidiaron cinco toros de Roberto Puga, bien presentados y de juego variado, tuvieron poca fuerza y apenas fueron picados en varas. Destacaron el 4º noble y repetidor, el 5º noble y el 6º noble y con son y más fortaleza. Enrique Ponce, división y dos orejas; Sebastián Castella, oreja y oreja; y Alfonso de Lima (Per), palmas y vuelta. Incidencias: Destacaron los banderilleros Dennis Castillo y Alán Díaz. Ponce brindó al cielo y declaró a nuestros colegas de Cali que lo hizo porque era la primera corrida que toreaba después de la muerte del maestro Manzanares “qué mejor que sea en Lima porque si hay un pedacito de cielo donde el maestro se puede asomar es en Lima”.