Hay que apostar. Y el festejo entero fue una apuesta. Apostó la empresa por tres gallos de pelea. Y ganaron con el resultado de la expectación. Cartel de "No hay billetes". No cabe ni un alfiler. Lleno hasta la bandera.
Banderas que flamean al viento, digo al "aire" (habrá que decir) y los tres se van a los medios desafiando a Eolos. "Hagan juego". Viento molesto que dificulta el manejo de los engaños.
Nada por aquí, nada por allá. Nada en el primero de Ortiga Costa. Todo contra El Juli. Nada nuevo bajo las nubes. Gatos en la barriga de Castella que no se resigna a ser el convidado de piedra. Nada en el tercero. Manzanares busca fortuna en terrenos del 6.
Cambia la ruleta de la suerte y el de Núñez del Cuvillo cuarto se encuentra con un Juli capaz y mandón, que tapa sus defectos. Se cobra una entera. La gente está con ganas. "Hagan juego señores". Y El Juli hace línea. Esfuerzo mayor. Oreja menor.
Impresentable el segundo. Basto el quinto bis. Castella hace su apuesta. En los medios, cambiado incluido. El de Carmen Segovia no tiene clase. El francés tiene mérito y ganas. Otra vez será. Yo sigo apostando.
Sale el sexto. Tiene clase y repite. Cae el varilarguero. Buenos pares de Curro Javier. Manzanares lo ve claro. No se cruza. El animal no lo aguantaría. Eso no gusta, pero es así. Templa, puede y manda Cambios de mano y voltereta. Ya está, ¡el niño de carita de ángel ya tiene una oreja!
Se va a los medios a jugarse el todo por el todo. Cita. Toca. Le embiste... y entierra la espada hasta la bola, ¡en lo alto! "Rien va plus". "No va más".
Manzanares gana. Dos que son un exceso. El Juli una y gracias. Castella pierde, por la mala suerte. Le quedan dos más para apostar ¡Hagan juego señores! La Fiesta es una ruleta. Pero, no puede ser nunca un carnaval.