lunes, 23 de mayo de 2011

Madrid. Las claves de Moncholi: ¡Cuate, aquí hay tomate!

Tres nacionalidades y tres conceptos distintos. El toro no entiende de pasaportes. Y los de Montealto tampoco. Bueno, ni de bravura a pesar de los derribos espectaculares. Los de Montealto empujaban con fijeza y en viendo un trapo salían despavoridos. La clave: insisto, que no eran bravos, sino bravucones.

Thomas Dufau ya está más en matador que en novillero. Hace las cosas más pensando en su próxima alternativa en Mont de Marsan que en echarle coraje a lo que le pongan por delante. La falta de transmisión del novillero es lo que, a mi modesto entender, ha sido la clave de que todo quedara en Ovación con Saludos.

La gente fue a Las Ventas en al segunda del ciclo a ver novilleros, como así ocurrió en la anterior cita del escalafón inferior. Y se encontró felizmente con Sergio Flores, un cuate que no se dejó ganar el terreno y pugnó en quites con López Simón en el segundo.

Su comienzo de faena, de ¡chapeau! Su retorcimiento, exagerado y en Las Ventas no gusta. Un defecto que tendrá que corregir. Las bernadinas, un detalle a tener en cuenta. Entonces ¿por qué se le pide la oreja y no se le concede? Porque la faena al igual que el novillo fue a menos.

Y si se le pide que dé la vuelta al ruedo ¿por qué no la da? No lo sé, pero creo que es un defecto de los toreros en esta plaza del que se arrepentirá. Tras una petición tan fuerte, Flores debió dar la vuelta. Comprendo al Usía que no concediera la oreja, pero no al torero que no diera la vuelta. A fin de cuentas era un premio más que merecido.

¿Y qué pasó en el quinto? Que se nos vino abajo el cuate. Esta plaza desmoraliza. Pesa mucho. Y si le pasa a las figuras (a El Juli por no ir más lejos) por qué no a quien aspira a lo más alto. Madera tiene para aspirar. Hay que tener paciencia con Sergio. Tiene casta, capacidad y ambición. Y si me lo permites Sergio, lo que te pasó en el quinto, es que a un novillo tan justo de casta si te lo enroscas se queda parado. Si me lo permites Sergio, debías haber toreado más en línea recta, dándole las ventajas al novillo. Pero, paciencia. Tienes madera, ¡cuate, aquí hay tomate!

Otro que tiene madera es López Simón. Por mucho que me desespere tanta parsimonia la suya. Así le respeto y así tengo que aceptarlo. Las series de rodillas, aunque sean de pueblo, cuando se dan como las dio, toreando de verdad, llevando al novillo empapado en la muleta de verdad, ganando pasos, -digo rodillas-, de verdad, jugándosela de verdad... entonces, digo no tengo nada que objetar. Otra cosa es que me guste.
Torea bien el de Barajas, pero le falta transmitir. Necesita un novillo que lo haga y cuando no le sale, su toreo resulta afectado. Y a partir de ahí, defectos, unos cuantos defectos: que si falta de colocación, que si tirones, que si enganchones. Pero, basta ya, que estamos ante un novillero, por mucho que pueda dar la impresión de ser figura ya del toreo.