Toros de El Ventorrillo, bien presentados. 1º manso y a la defensiva. 2º noble aunque flojo. 3º noble, de buen juego. 4º bravo en el caballo y bueno en la muleta. 5º complicado. 6º desrazado. Manolo Sánchez, bronca y silencio. El Juli, saludos tras petición y silencio. Alejandro Talavante, vuelta al ruedo tras aviso y silencio.
BURLADERO. Al final, el toreo, incluso en Madrid, acaba imponiéndose. Lo hizo con una importante faena de El Juli ninguneada injustamente por el palco. También con Talavante, que cuajó series cumbres de toreo al natural pero dejó escapar el triunfo con el descabello. Pero ambos estuvieron muy por encima de una corrida seria, honda y cuajada de El Ventorrillo que tuvo el premio en el cuarto toro, que Manolo Sánchez se encargó de dejar pasar de largo.
APLAUSOS. Al madrileño le roban la oreja de su primero tras una labor notable. Talavante dio una vuelta al ruedo tras torear bien al natural. Toda la plaza en pie pedía al presidente el merecido trofeo y éste, se negó por completo. Una injusticia, sobre todo por cómo estuvo Julián con el segundo toro de la tarde. No importó que el de El Ventorrillo se quedara corto en algunos muletazos, porque Juli le alargó la embestida, tirando muy del toro y llevándolo siempre muy gobernado y muy embebido en los vuelos de la muleta. La firmeza de plantas y su enorme seguridad y poderío, fueron otras de las claves. La estocada, made in Juli. En lo alto y tirándose como un jabato. Petición denegada y pitos al presidente.