Alicante, 23 de junio de 2010. Toros de Garcigrande y dos (4º y 5º) de Las Ramblas, mucho mejor presentados los de Las Ramblas y de juego dispar. ENRIQUE PONCE: Saludos y vuelta al ruedo tras leve petición; MANZANARES: Saludos y saludos tras aviso; DANIEL LUQUE: Oreja y saludos tras petición. Entrada: Tres cuartos.
APLAUSOS. Daniel Luque cortó la oreja, pero Enrique Ponce hizo la faena de la tarde. Fue en el cuarto, un buen toro de Las Ramblas -que junto al quinto remendaba la corrida- al que le faltó humillar y con el que el valenciano cuajó una faena marca de la casa, de menos a más, y en la que las poncinas finales acabaron de enloquecer a un público entregado con el de Chiva durante toda la labor muleteril. Sonó un aviso antes de matar -algo que daba fe de lo a gusto que estaba Ponce- y tras varios pinchazos y un segundo aviso agarró una estocada que dio paso a una vuelta al ruedo aclamada y de lenta ejecución. Con el que abrió plaza, un manso y deslucido animal de Domingo Hernández que llegó incluso a poner en apuros a la cuadrilla del valenciano, no pudo más que dibujarle varios lances preciosistas con el capote, puesto que el toro llegó totalmente vacío de casta y fuerza al último tercio.
COPE. Pero la faena de la tarde la realizó Enrique Ponce en el cuarto. Faena típica del torero de Chiva, en la que hubo temple, elegancia y mucha comunicación con los tendidos. Las series fueron cortas y a favor del toro, dándole muchos tiempos muertos. Finalizó el trasteo con la clásica ‘poncina’ pero falló a espadas y Ponce se tuvo que conformar con una vuelta al ruedo. Antes, en su primero, Ponce fue silenciada por una labor plana ante un toro descastado que acusó un fuerte castigo en varas.