domingo, 18 de abril de 2010

Y entre los mansos... Talavante

Corrida cinqueña y huidiza en la 9ª de Feria. Lleno de 'no hay billetes'.Seis toros de Gavira (3º como sobrero). Todos cinqueños menos el primero. Encierro serio, bien hecho en conjunto, aunque un poco montado. Mansos en conjunto y deslucidos. Mejor el segundo, manejable. El quinto, aún manseando, se dejó. Varios pitados en el arrastre.
Morante de la Puebla, silencio en ambos.
Alejandro Talavante, saludos y saludos tras aviso.
Daniel Luque, silencio y saludos.

La tarde llevó la firma de Talavante. Esperaba Sevilla a Morante, y como no fue, quizá por eso se enfriaron los ánimos y tardaron en entrar en calor. Pero cuando lo hicieron, Sevilla volvió a dar su aprobación a un torero con feeling especial con esta plaza.

Se rompieron, sobre todo, con el quinto. Un toro de casi seis años montado y manso como un demonio. El animal se movió lo suyo, aunque nunca quiso embestir de verdad. La lidia fue desastrosa y aun así el de Gavira, con fondo encastadito, y entre huída y huída, dejó que Talavante hiciese de las suyas.

Lo que hizo Talavante fue cuajarlo al natural en la puerta de chiqueros. Hubo dos intentos de sujetarlo en los medios y como el toro no quería, el extremeño aprovechó la querencia. Hubo de llevarlo abierto al principio porque el toro no quería pasar, y cuando consiguió hacerlo, Talavante le enjaretó varios naturales de cintura rota y trazo muy largo.

La faena fue un pulso y un toma y daca en la que ganó la actitud del torero. Siempre queriendo, siempre echándosela y siempre embarcándoselo, las últimas series, en las que la banda incluso rompió a tocar, fueron de espacios milimétricamente imposibles, casi pegado a tablas. Sin embargo, Alejandro pinchó un par de veces y se dejó escapar la oreja.

Con el primero de su lote tampoco mató bien. Y pudo haber tocado pelo si el de Gavira, el de mejor son de la corrida, aguanta diez muletazos más. Pero el toro, con el depósito muy justito, tuvo tres series sobre la mano derecha y se paró de golpe. Esas tres las exprimió Talavante en bueno, corriendo la mano, ligando, muy bien colocado y siempre por debajo de la pala, arrastrando la muleta y llevándolo hasta el final en una versión más reposada y mejorada del torero que se vio a finales del año pasado.
Burladero