Aunque -contrario a nuestra voluntad- no pudimos estar presente como hubiera sido nuestro deseo, no podemos dejar pasar más días sin contar a los aficionados taurinos del Perú que se ha cumplido un año del sensible fallecimiento de quien fuera y es, aún hoy, el más importante bastión taurino de Chota dentro de lo que la Fiesta Brava es para el país.
Hablo de don CARLO ALVA, señor y caballero, fuera y dentro de la plaza, porque su vida fue eso, vivir su pasión por la Fiesta a fondo, fuera -cuando cotejaba su pasión reflejada en su rincón taurino-, y dentro cuando con esmero y pulcritud pulía aristas y arenas para que su albero, el de su corazón y su ruedo vizcaíno quedara a punto para albergar un año más su feria.
Esa que él junto con un grupo de connotados chotandos de viejo cuño, cultivó, promovió, mimó, cuidó, exhaltó, iluminó, redimió, y protegió hasta el último minuto de su vida. Una feria en honor y por San Juan Bautista, que él y otros mantienen viva para bien de la Fiesta Nacional, a través del tiempo.
Hablo de don CARLO ALVA, señor y caballero, fuera y dentro de la plaza, porque su vida fue eso, vivir su pasión por la Fiesta a fondo, fuera -cuando cotejaba su pasión reflejada en su rincón taurino-, y dentro cuando con esmero y pulcritud pulía aristas y arenas para que su albero, el de su corazón y su ruedo vizcaíno quedara a punto para albergar un año más su feria.
Esa que él junto con un grupo de connotados chotandos de viejo cuño, cultivó, promovió, mimó, cuidó, exhaltó, iluminó, redimió, y protegió hasta el último minuto de su vida. Una feria en honor y por San Juan Bautista, que él y otros mantienen viva para bien de la Fiesta Nacional, a través del tiempo.
Por eso, por su señora esposa, con quien hemos compartido tardes de té en Chota, con sus hijas, con su hijos, con Coqui, quien gentilmente nos hizo recordar la fecha, alzamos nuestra voz, y que no pase de hoy, en el recuerdo de quien fue, pero más importante ES, un importante engranaje de nuestra Fiesta Brava. Porque lo que se da en nuestras provincias, es también nuestro, de los que estamos circunstancialmente en Lima.
Por eso, y porque a Don CARLOS, tuvimos la suerte de conocerlo, de paladearlo, de degustarlo, en sus sentimientos y sensaciones taurinas, porque fue un GRAN TAURINO, grande como la copa de un pino, por su honestidad y pasión, es que nos puedo dejar pasar un minuto más sin recordarlo en esta fecha señalada. DESCANSE SIEMPRE EN PAZ DON CARLOS. CUIDE, VELE, PROTEJA SU FIESTA, NUESTRA FIESTA, EN CHOTA Y EN EL PERU.
VA POR USTED, DON CARLOS. VIVA SIEMPRE ALLÁ, DONDE ESTÉ. Dios nos da pocas oportunidades valiosas en la vida y conocerlo fue una de ellas. Con el corazón... MZB