Por Pedro Abad-Schuster
Sevilla, viernes 23 de abril de 2010. Lleno. El video está en link (copiar y pegar):
http://feriastaurinas.plus.es/player_video.html?xref=20100423pluutmtor_2.Ves
6 toros de Fuente Ymbro (el 5º lidiado como sobrero). Bien presentados y de variado juego. Nobles en conjunto, el 3º para Perera fue bravo y repetidor en la muleta, un gran toro. También bravo el 5to para Perera, de nota en la muleta. Miguel Angel Perera, silencio, palmas y silencio (aviso). Daniel Luque, silencio, silencio y silencio.
Hoy la respuesta del público en la Maestranza ha sido en contra del espectáculo y de dos toreros jóvenes, pitándoles aún pegando buenos pases. Dos diestros que necesitaban urgentemente un triunfo en esta Feria de Abril y que apenas han recogido otra cosa que algunas palmas o silencios respetuosos; con otros públicos más exigentes o duros, la cosa habría ido peor. Y, sin embargo, la corrida de Fuente Ymbro ha tenido posibilidades.
El 1er toro de Perera de 501 kilos de la tarde, negro mulato, listón y bragado, delantero, manso y que tuvo sus buenas embestidas para venirse a menos a partir de la quinta tanda y rajarse, aburrido, al final. Fue mejor en la media distancia que en la cercanía. Cuando el extremeño acertó a perderle un paso le ligó muletazos buenos. Cuando acortó distancias el de Gallardo protestó. Acabó rajado en tablas y poniéndole las cosas difíciles para entrar a matar.
El 3ro para Perera de 532 kilos, negro, delantero, de bastante poco cuajo, manso pero embestidor y aunque boyante, yendo a menos; el mejor de la corrida. Desde que apareció en el ruedo humilló en los capotes y se vino arriba en el último tercio, repitiendo incansable y queriendo coger la muleta de verdad. Tuvo emoción el inicio de trasteo de Perera con los ceñidos cambios por la espalda en los medios. Luego, volvió a colocarse fuera de la rectitud, ligando una serie a base de echar la pierna atrás al embarcar . En la tercera serie el bicho se revolvió codicioso, y como no remataba los lances, le descolocó y tuvo que perder algunos pasos para volver a tomar las riendas de aquello. Arrancó la música, pero todo se vino abajo tras varios enganchones, que son como el tartamudeo del arte, afeando la dicción del toreo, y continuidad en los defectos mentados. El toro punteaba un poco al finalizar los lances, pero ahí debe estar el espada para evitarlo y llevarlo con temple. Con ambos a menos en la sexta serie, hubo pitos para que lo matase. Un pinchazo caído y atravesado y una entera desprendida.
El 5to de Perera, el más serio del encierro, se hizo daño de salida, inutilizándose para la lidia. El sobrero de 540 kilos, negro mulato, ligeramente tocado, manso, noble y boyante, con alegres embestidas en los comienzos, suaves y dulces, que fue exigente para el torero. Exigía el toque preciso y a tiempo y no lo acabó de cuajar el torero –no se puede estar descolocado y meter tanto pico-. Fuera, una vez más, salvo en algún primer cite, con pico, tirando líneas hacia allá, o ligando al atrasar la pierna de entrada, la gente ya se sabía la película y hubo pitos desde la cuarta o quinta tanda, que se repitieron hasta el final. Un toro más que se aburrió al final, como el público. Una entera, desprendida, un aviso y un descabello. Ovación para el de Fuente Ymbro en el arrastre.
El toreo necesita un compromiso ético cierto, mantener la posición y ganársela al toro, desviarlo de tu propio cuerpo, no que pase por tu lado, llevarlo embebido en la muleta o capote, haciendo que siga el engaño, como un caballo obedece al freno, y no pasando por allá, haciéndole recorrer un camino forzado que marque el espada, y no la propia res. Sumen temple, paro, remate de las suertes y ligazón y tendrán la resultante, si eso se hace con verdad –no con mentira como hoy, de nuevo- y se le da la profundidad necesaria y suficiente para crear arte y hacer vibrar las emociones del corazón llegando al intelecto.
A Daniel Luque, recién comenzando su carrera por Dios, le faltó ponerle el alma que ha exhibido tantas tardes para que su tarde adquiriera otra dimensión, aunque siempre quiso lucir con el capote y derrochó voluntad con la muleta. Lo mejor de Luque ante su primero fueron un ajustado quite por chicuelinas y dos tandas de naturales hasta que el castaño, noble y de buen son, se rajó. Con el segundo, bien hecho y de cierta calidad en la muleta, su labor nunca llegó a levantar el vuelo. Con el que cerraba festejo, también noble pero justo de fuerzas, el sevillano tampoco levantó su actuación en una tarde que se quedó en demasiado poco.
Fotos: http://www.mundotoro.com/auxiliar/galerias2010/Sevilla230410/fs_aux.html
Fuente: cope.