domingo, 11 de abril de 2010

Video. 1ra. de Sevilla.

Christian Escribano gustó a los sevillanos. El 4to de Espartaco merecía el indulto.

Por Pedro Abad-Schuster

Sevilla, viernes 9 de abril de 2010. Algo más de un tercio de entrada.

Link (copiar y pegar): http://www.plus.es/videos/Toros/Notable-novillada-Espartaco-primera-Sevilla/20100409pluutmtor_1/Ves/

Seis novillos de Juan Antonio Ruiz Román (Espartaco), desiguales de presencia, mansos en general, dieron sobrado juego para triunfar en el último tercio aunque a menos, salvo primero y sexto que fueron complicados.



Excepcional el 4to.- merecedor de ser indultado - llamado Zoletillo, 470 kilos, negro bragado, axiblanco, meano, delantero y bizco del diestro, un extraordinario animal que acudió con alegría, nobleza, riñones y boyantía a la muleta del novillero valenciano-aragonés Luis Miguel Casares (de avellana y oro). Por uno y otro pitón fueron repitiéndose sus arrancadas, mientras Casares apenas le ponía la muleta, tiraba en algún lance aislado del toro –lo demás era acompañar desde fuerita-, y no terminaba de enterarse de lo que tenía entre manos. Sólo al coger la zurda, en la cuarta tanda llegaron los dos mejores naturales del festejo, estos sí en redondo y con la mano baja que harían sonar la música… para callarla más adelante. Luego vino otra serie irregular, también al natural, otra con la derecha yendo a menos el matador, y retomada la zurda toreo accesorio, de pueblo, circulares inversos y otros adornos de tercera cuando el toro pedía más toreo del de verdad. Una estocada caída y un descabello, pusieron remate a una labor que nos dejaba una ovación al toro… y silencio justificado para él.



El madrileño Christian Escribano (de esmeralda y oro) gustó a los sevillanos, estuvo al menos aseado y con detalles –de valor o pintureros- en su primero. El novillo que le cupo en suerte fue asimismo manso en varas –pese a empujar en la primera entrada y salir con genio, cabeceó algo en la segunda, con la cara alta y salió casi suelto-, pero embistió con dulzura en la muleta para venirse a menos en la quinta serie. El de Getafe había dado unas tafalleras en el quite reglamentario al primero, pero ahora nada le vimos con la capa. Con la muleta, tras comenzar con sendos pases cambiados por la espalda en los medios, bien ligados con un cambio de mano y uno de la firma, siguió al hilo, en series cortas (tres y el de pecho) tirando del bicho que iba larguito en su viaje. En la tercera tanda, al acortar terrenos la faena se ensució, lo mismo que al tomar la izquierda, por donde el bicho embestía con alguna brusquedad, empezando a irse a menos al final. Tiró bien en un derechazo en la siguiente, aguantando bien las medias arrancadas del animal –bastante disminuido en su acometividad inicial- y remató su labor con unos ayudados pintureros, con gusto. Un señor bajonazo y una muerte con derrame dejaron la cuestión en una vuelta que era premio generoso para los merecimientos.

Luís Miguel Casares, silencio en ambos. Christian Escribano, vuelta y silencio (dos avisos). El sevillano Esaú Fernández (de tabaco y oro), silencio (aviso) y silencio.

Fuente: cope.