lunes, 6 de octubre de 2008

Sevilla tocó fondo. Cossío dixit

¡Sevilla no merece esto! Puntilloso artículo de mi amigo Ignacio de Cossío. Apunta y dispara la penosa situación que pasaron los aficionados de Sevilla al ver suspendidos 6 espectáculos por culpa de la lluvia en esta temporada. Dejándolos inclusive sin su Feria de San Miguel, que es a Sevilla lo que la de Otoño a Madrid, el fin de temporada.

Se pregunta Ignacio ¿Cómo en pleno Siglo XXI, no hay más medios para apaliar una copiosa lluvia en la pasada feria, que una carretilla, un puñado de rastrillos y un cuarteto de operarios de plaza? Habría que tomar nota de la reciente Copa Davis celebrada en las Ventas que con la que cayó, en treinta minutos se solucionó todo lo solucionable.

Va más allá. Califica la imagen que dió La Maestranza de Sevilla como lamentable, penosa y tercermundista y reclama lo poco o casi nada que se ha hecho por remediarlo. Hay voces de autoridad y nombre en esta ciudad que afirman que con una simple lona, poniendo los medios que en anteriores ocasiones si se han llevado a cabo, interviniendo camiones, máquinas elevadoras o volviendo hacer un drenaje en condiciones previo a los festejos, se podría haber arreglado el asunto, pero nadie le pone el cascabel al gato".Y yo me pregunto ¿Ha existido voluntad real y los medios necesarios para la celebración de los festejos de San Miguel? La sospecha de un remunerado seguro planea sobre el coso del baratillo.

Señores, hemos tocado fondo. Tenemos que buscar soluciones entre todos... el organizador, la empresa Pagés, que regenta el coso, desde hace 75 años; la propietaria del coso la Real Maestranza de Caballería con más de tres siglos a sus espaldas... la nueva Delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Sevilla, los toreros, que no se plieguen tan fácilmente como lo han hecho esta vez, y que prevalezca sus voz y sus gestas; también a la afición sevillana, que lo denuncien en sus tertulias y peñas... Y por último desgraciadamente a ciertos sectores de la Prensa Especializada que no se atreven a llamar las cosas por su nombre. ¡Compañeros, esto ha sido una canallada y un durísimo golpe a la imagen y afición de nuestra ciudad!