domingo, 12 de octubre de 2008

Auténtica encerrona, Morante despide temporada con almohadillazos


Eso es lo que dicen que le prepararon a Morante de la Puebla hoy en Zaragoza, en la Feria del Pilar. 6 toros feos de hechuras, sin tipo de embestir que dieron al traste con la ilusiones de todos, torero y público.

De ser Morante, uno andaría buscando al veedor que le seleccionó los toros, para colgarlo de la corona de la Pilarica, mismamente. Salvo que a lo sumo el propio Morante seleccionase y viese personalmente seis toros tan mal hechos y tan feos. Tan distantes. El juego no se sabe hasta que salta al ruedo, pero suele haber una regla de oro: el toro de mejores hechuras tiene más posibilidades de embestir.

Y la espada fue el otro tema. Entró a matar saliéndose de la suerte. Mal asunto.Él y su poco ánimo, o poca fe, o pocas ganas de pasar con los aceros. Pero lo cierto es que no cazó a ninguno por derecho. Buscando la salida las más de las veces, uno una decena de pinchazos para matar seis toros. Más descabellos todavía. Una ruina.

La mella gorda en el ánimo del torero la hizo el tercero, un toro gigante de Fuente Ymbro, con sus seiscientos quilos a cuestas, alto como la estructura de la ofrenda a la Virgen del Pilar. Ahí llegó el renuncio y el lastre insuperable. El toro hizo cosas de manso, y se movió mucho. Y Morante le dio cuatro muletazos a dos manos y fue por la espada.

Fuente Burladero