Sígueme en Twitter @magalyzapataAcho, no te dejamos sola en el día de tu cumpleaños. Cumpliste ayer 250 años para llamarte desde ahora plaza Sesquibicentenaria.
Fuimos varios cientos de aficionados los que llegamos a tu casa y compartimos una jornada modesta con corazón y en tu corazón para llegar a tu alma tan taurina y señorona.
Fui lindo ver a los pequeños dibujar su plaza a su sentir o verlos dar un paseo dirigido para que te conozcan desde tus entrañas y aprendan a quererte más. Y tantos otros que se quedaron en tu ruedo toreando de salón, porque aunque no nos dejaron que profesionales torearan becerras el toreo estuvo, y acompañado por el matador Cubas que tambien vino con su pequeño Juan Diego.
Nos juntamos en fila tras la banda del maestro Oscco de Coracora para entrar por tu patio de cuadrillas que tantas figuras y leyendas del toreo pisaron con sus nervios a cuestas, mismos que nosotros tambien vivimos por sabernos parte de tu historia. Hoy más que ayer. Porque si antes la vivíamos desde el tendido, desde ayer, la vivimos como un torero en tu arena.
Con andares lentos y parsimoniosos más de uno entró con el pie derecho, tocó madera o se persignó. Una alfombra de flores en tu centro nos esperaba, generosa como tú, para cobijar nuestra emoción y sentimiento. Ahí, en el mismo centro participamos todos con recogimiento de la palabra de Dios que nos trasmitió el Capellán y me erizó la piel el "padre nuestro" de todos al unísono, se podía sentir la emoción, recordando a todos los que por tu ruedo pasaron dando su arte y su sangre.
Poesía y corazón puso Carlos Barraza al cantar desde su corazón a tus silencios y a tu historia con hondura en su palabra. Su entrega y torería nos conmovió. Y la música sonó con la especial dedicación a tus 250 Años Plaza Sesquibicentenaria de Acho, estreno mundial en tu honor del Dr. Moisés Tacuri y tras la palabra de los organizadores el feliz cumpleaños que todos te cantamos con cariño querida señora, y lanzamos al cielo globos blancos que, como palomas, alzaban vuelo a encontrarse con tu gloria. Y rompió la emoción felicitándonos todos y cada uno: Feliz día nos deseábamos. Por Acho y por nosotros. Porque cada uno somos Acho.
Tarde de alegría, esa que se tiene en una reunión de cariño y familiar. Tus aficionados en los tendidos, en tu atrio de Sol, en tu restaurante, alternando el pasodoble con el valse o la marinera de Lima. En peñas o con sus hijos y nietos de aquí y de fuera llegaron y te pasearon, te disfrutaron, te dieron vida, te acompañamos en tu día. Y unas flores que un torero, a quien tus aficionados llamaron con cariño "Torero de Lima", el maestro Ángel Teruel, te envió felicitando tu cumpleaños, tu historia y saludando a los aficionados que lo encumbraron. Gesto único recordando su plaza.
