lunes, 4 de enero de 2016
Valadez, única vuelta entre avisos en la 1° de Manizales
Por Jorge Arturo Díaz Reyes
Oscura, fría, lluviosa, lúgubre... pero lo peor no fue el clima, fueron los acontecimientos dentro del ruedo. Un encierro disparejo y manso, tres novillos devuelto vivos con tres avisos, y la sorpresiva aparición hasta siete veces de un arma de matadero en sustitución de la puntilla para conmocionar a los toros y arrastrarlos vivos fuera del ruedo.
Los utreros de Salento, cárdenos todos, pero con diferencias notorias de trapío, sacaron en conjunto el repertorio completo de la mansedumbre y falta de raza. Repuchamientos en el peto, dolerse en banderillas, tardos, renuncias, escarbes, recules, entableramientos, cabezas altas, giro en contrario, salidas desentendidas, escapes, y negativas a dar la cara en la suerte suprema que hicieron las igualadas torturantes. Los lances y pases que se les enjaretaron, todos de a uno, fueron aprovechamientos de sus arreones abantos y huidas hacia delante. Todo un catálogo de la no bravura.
Leonardo Campos “El Choni”, hizo lo menos deslucido a favor de las bobaliconas iniciales caminatas del primero, pero luego todo se diluyó y la estocada pasada tardó un poco. Lanceó con vana ilusión al cuarto que luego se paró haciendo insufrible la nula porfía. Media desarmada, estocada delantera y seis golpes de verduguillo motivaron los tres avisos.
Guillermo Valencia, sufrió los desaires del segundo que no peleaba una herencia y prolongó la pena fallando con el acero hasta el triple clarinazo. Quiso infructuosamente resarcirse con el quinto, pero no había caso. Tras unas chicuelinas caminadas al caballo la cosas se volvió un aburrimiento de trapo va trapo viene a toro fugado y perseguido. Una estocada baja y pinchazos fueron rematados con el infame aparato de matarife.
El mexicano Leo Valadez, debutó con tres aviso Hágame el favor! El novillo era un bodrio, sí, pero había que matarlo y no lo hizo. Con el sexto quizá el más manso, intentó de todo frente a sus huidas hacia delante. Larga cambiada de rodillas. Banderillas al desgaire. Otra vez postrado con la muleta hecha bandera, y luego búsquele y búsquele la cara al escapista distraído en una letanía de unitrapazos, que algunos jaleaban. A la hora de nona, le puso un fierrazo trasero y los gritones hasta pidieron oreja pero solo consiguieron una vuelta lánguida.
Lo peor, lo peor el amartillamiento de los toros (“innovación”) que infama la suerte fundamental, la suprema, la razón de ser de la corrida. Los toros deben ser muertos en el ruedo, de manera honorable, y no contundidos cerebralmente (“noqueados”) con modos y armas innobles, para luego de arrastrados morir en la trastienda. Esa barrabasada da la razón a los antitaurinos. No puede ser.
FICHA DEL FESTEJO. Lunes 4 de enero 2016. Plaza Monumental de Manizales. 1ª de feria. Lluvia y frío. Tres cuartos de plaza. Con picadores. Seis utreros de Salento (en Santacoloma), tercidos, dispares y mansos.
Leonardo Campos “El Choni”, silencio y silencio tras tres avisos
Guillermo Valencia, Silencio tras tres avisos y silencio
Leo Valadez, silencio tras tres avisos y vuelta tras petición
Incidencias: Saludó Gustavo García “Jeringa” tras parear al 5º. El peón Emerson Pineda utilizó hasta en siete ocasiones el artefacto de matadero “Perno cautivo” en lugar de la puntilla tradicional, para conmocionar a los novillos 1°, 4°, 5° y 6°, ser arrastrados y luego muertos fuera del ruedo.