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sábado, 16 de agosto de 2014

Samuel Calderón ganó el certamen La Oportunidad

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Fotos Agustín
El novillero Samuel Calderón, natural de Apurímac, resultó el triunfador del I Certamen La Oportunidad organizado por el matador Alfonso de Lima que se realizó esta mañana en el Fundo La Esperanza.

Fueron siete los participantes que demostraron virtudes y carencias Samuel Calderón (42 puntos) por su homogeneidad, estructura, rítmo, temple y variedad en su labor de muleta además de buena ejecución y cuidado de la lidia de su becerra que tuvo el hierro de San Pedro que fue gran colaboradora de su labor por su entrega, humillación y nobleza. Hacia el final le pudieron las ganas en cercanías y atosigó demás al astado, faltándole el respeto a su bravura y se lo echó a los lomos. Fue el único que simuló la suerte suprema.


En segundo lugar estuvo Junior Ordoñez de Chiclayo (34 puntos) que tuvo en suerte una extraordinaria vaca de El Rosario,
noble con galope y fijeza. Estuvo embarullado con el capote sin colocarla en suerte al caballo y en muleta imprimió temple con un bonito inicio por alto y ganando luego los terrenos, destacó por derecha y bajó el nivel de entendimiento y acople con la becerra por naturales. Dejó la sensación por momentos que no estuvo al nivel de la calidad de la vaca.



En tercer lugar estuvo Enrique Díaz de Chota (32 puntos) al que
correspondió una becerra de La Centinela que presentó mayor nivel de complicaciones por su mansedumbre. Rajada de salida, saliéndose de los lances, fue imposible llevarla al caballo. Intentó Díaz sujetarla en los medios pero salía de cada muletazo contraria y suelta imposibilitando ligazón de series sin embargo dejó destellos de tener un buen concepto del toreo, enganchando adelante, sometiendo y dejandole tela en la cara.

El cuarto lugar correspondió a Cristian Luna de Arequipa (26 puntos) quedó casi inédito ante la becerra más fuerte con el hierro de Apóstol Santiago que salió desorientada y con escasa fuerza, tras varias vueltas al ruedo sin dejarse fijar y topar en el peto lo evidenció, dobló las manos reiteradas veces imposiblitando lucir en muleta al novillero que debió salir en la vaca de Ordoñez. Mostró maneras y temple quedando aveces descocolado entre muletazos.


El quinto puesto fue un empate en puntaje entre Santiago Espinoza
y Rafael Saravia (21 puntos). Espinoza, representando a Pausa, abrió certamen con una vaca de San Pedro que tuvo la virtud de desplazarse aunque sin humillar ni tener malas ideas, dejando estar. Buen aire en los lances de recibo pero sin orientarse en la lidia del primer tercio. Con la muleta, la pasó a media altura por ambas manos sin dominarla por completo, dejándola a su aire, en faena algo deslavazada.

Saravia, que representó a Usquil, tuvo una becerra de Camponuevo, exigente, con fijeza, a la que lanció bien p
ero sin dirigir la lidia de la primera suerte. Manejó la muleta con temple pero tras en el segundo muletazo hacía un extraño con la mano y eso terminó descomponiendo a la vaca y él perdiendo colocación.

El sexto lugar fue para Gustavo Rivera de Lima (19 puntos) que tuvo en suerte una buena becerra de Santa Rosa de Lima que tuvo nobleza y recorrido aunque poca fuerza. Evidenció en capote y muleta no correr bien los brazos en las suertes lo que recortaba el recorrido de la vaca, descomponiéndole y haciéndola buscar al torero.

El certamen además nos permitió ver un interesante muestrario de las casas ganaderas más importantes de nuestro país, en su esencia, que es la madre del toro bravo.

Loable esfuerzo del matador Alfonso de Lima que se dio tiempo entre su profesión de médico en ejercicio que compagina con el toreo para brindar esta oportunidad a jovenes que buscan abrirse paso profesionalmente. Loable también el apoyo de ganaderos y empresarios, que incluye al propietario del fundo donde se realizó el certamen, que colaboren con este empeño.

Fueron siete, unos más puestos que otros pero todos con la misma ilusión y afición que no deben perder para corregir errores y seguir adelante. Importante que surja este recambio generacional necesario para nuestra Fiesta.