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A pesar del evidente 'manzanarismo' de la parroquia, Bilbao debió observar atónica y empezar a disfrutar del arte de Morante de la Puebla. Faena de dos orejas al último de su lote que sin fuerza en tendidos y un juez evidentemente poco sensibilizado con la obra firmada apenas concedió un trofeo. En los anteriores, poco dejó el artista, que no se acopló con el bueno segundo de su lote y fue pitado.
Manzanares, correcto y templado pero despegado y poco profundo, haciendo todo a media altura incluso en su segundo al que pudo y lo hizo en la última tanda, bajar la mano al Cuvillo para conseguir ese plus en su faena 'light'. Con el último, donde pudo también tocar pelo no lo mató, pinchó dos veces por la terquedad de recibirlo dándole tablas cerrado en tablas al bravo que lo fue por su fijeza y repetición amén de nobleza y rebose, que le aguantó la última tanda venido a más en los medios y galopando con el hocico por la arena. Me pregunté por qué elegir ese terreno para el cierre...
El duelo recién llegaría en el segundo de Morante que Manzanares entró al quite y el de La Puebla repicó por chicuelinas ceñidas y con sabor que encantaron al público. Ahí lo dejo.
FICHA. Toros terciados de Nuñez del Cuvillo, baja presentación para Bilbao, con poca fuerza y bajos de casta. Morante
de la Puebla, ovación y palmas en el arrastre para el toro, pitos y
oreja con gran ovación para el toro en el arrastre. Manzanares, ovación y palmas al toro en el arrastreovación y ovación tras aviso y palmas al toro en el arrastre.